Monday, February 25, 2013

Pintura de origen ancestral.


Los hermanos Darwin y Elmer Rodríguez, viven en la Comunidad de Brillo Nuevo, Río Ampiyacu, Distrito de Pevas y son del pueblo Bora. La herencia cultural de sus padres ha sido la única y profusa compañía que asintió en ellosla singular vocación del arte de la pintura.La eclosión de una cualidad con capacidades de manifestar la admiración de los símbolos y matices de la cultura Bora, ha ido creciendo en la infalibilidad de la disciplina autodidacta y el empeño meticuloso de la observación. Pues, junto a sus padres aprendieron a cazar, pescar, cultivar la tierra, interpretar el motivo de las fiestas tradicionales y el alcance de los rituales. Legaron de sus padres el origen de loselementos decorativos (diseños antropomorfos, grafías, glifos, líneas y colores) y suinterpretación en cada situación material e espiritual. Juntos habían oteado la representación implícita e histórica de la diversidad de esculpidos en madera y abrieron las puertas del arcano y maravilloso mundo de los tejidos y la cerámica. Y, a través del ojo de las plantas mágicas (ayahuasca y toé) han logrado explorar la morada de las ánimas que custodian la esencia que tiene correspondencia con lo providencial y místico. 

Darwin y Elmer pintan sobre llanchama(corteza de ojé debidamentepreparado con profusa pulcritud y reverencia), utilizan colores creados y colores naturales derivados de hojas, frutos, cortezas y mucilagos. En sus obras se puede ver la representación de la tradición oral (cuentos, historias, experiencias diarias e históricas, mensajes implícitos en canciones y discursos sagrados, oraciones, danzas, rituales); la costumbre material en la temática de los pintores es muy selectiva, es relevante en sus obras el aspecto dual y la grafía del manguaré, el cielo de la maloka seexpresa como un hermoso dosel de hojas de irapay tejidos en correspondencia con la forma de especies relacionados con los mitos de la creación, hechos funestos, sacrílegos o benevolentes, por ejemplo,las figuras totémicasde la boa y el lagarto – protectores de las criaturas del agua según la cosmovisión Bora, Murui y Ocaina – enriquecen las obras que atañe al antiguo mundo de álgidas manifestaciones espirituales. 

Las obras de Darwin y Elmer se exhiben, actualmente,en la Maloka de la Asociación Curuinsi (Iquitos). En su obra “La Fiesta de la Huangana”, Elmer busca explicar un mito asociado con el peligro que los animales enfrentan y muchas veces sucumben, con ingenuidad y osadía, a la voracidad humana; el fondo de la narrativa oral vislumbra la metamorfosis en persona de un hatajo de huanganaspara participar enla celebración de la fiesta del Lladiko (fiesta de la boa) y se han mimetizado en las características culturales de un reconocido clan para cantar, danzar y recibir alimentos. Estuvieron entreverados en el gentío hasta que fueron descubiertos y al advertir se han reconvertido para huir de una cacería implacable, la mayoría han ido a enaltecer el excitativo ahumadero;siendo  extensa esta historia está representando con integridad y lucidez la trama y el trasfondo espiritual y cosmográfico. Con una leve explicación y la complementariedad visual del cuadro se percibe un realismo que fluye solamente cuando la narrativa es ininterrumpida, directay de la propia voz de los ancianos. La obra “Hija de la boa” de Darwintiene una cualidad equivalente a la evolución de su vocación por el arte de la pintura, crece y despunta con arraigo étnico y técnicas convencionales.  

Hace menos de una semana Darwin y Elmer estuvieron en Iquitos. Conversamos sobre sus proyectos y sus inquietudesarmonizados con la juventud de sus ideas y sus expectativas que colisionan conla miopía y monopolio que procuran sobre el arte indigenista.El mundo cultural de Loreto se ha convertido en un séquito del utilitarismoque deviene de las demandas inmediatas del turismo, en contradicción con el sueño convergente en una identidad regional respetuosamente intercultural y libertaria de atavismos coloniales y prejuicios urbanos. Pues, hay jóvenes indígenas con profusa vocación por el arte de la pintura, ellos como Darwin y Elmer deben romper el cascarón,contemplar el mundo y aprender a caminar con autonomía y estoicismo. El Instituto Nacional de Cultura– Loreto, hizo algunos esfuerzos en la promoción de exposiciones deobras de artistas indígenas; pero, los pintores emergentes que emiten haces de luz desde el futuro bosquesino no han sido tomados en cuenta. Algo extraordinario había revelado Darwin: “Encontré el azul, hice realidad el sueñodel finado Víctor Churay, encontré el color azul en la hoja de un arbusto que había visionado”. El color azul es el color de los espíritus, y a partir de hoy hará brillar las obras de los hermanos.

Una mirada “inclusiva” y ética de los promotores de la cultura amazónica sería saludable y promisoria, todo se ha construido y se construye desde abajo.

Friday, February 15, 2013

Opacidad de las organizaciones indígenas.



La organización social de los pueblos indígenas amazónicos estaba basada en una jerarquía de articulación e interactividad con el prestigio, con el mérito y con la disciplina de los miembros de la comunidad. El jefe demostraba con el ejemplo las virtudes que inexorablemente mantendría vigente la armonía de los valores sociales arraigados con la alegría recíproca de la naturaleza material e espiritual, la palabra se introducía en el alma como una semilla generadora de una vida feliz, saludable y decantaba hasta abolir el macabro dolor de la muerte; los que han logrado niveles avanzados de aprendizaje y uso adecuado de la palabra estructurada (saberes) dejaron legados extraordinarios, como por ejemplo, advertían el día de su propio fenecimiento y hacían que el aliento mortecino discurra como un lento y agradable reposo, entretanto cantaban cada uno en su lecho de transición una canción que iba autenticando la póstuma sucesión preparado con muchos años, días, horas e instantes de anticipación. La palabra no solo servía para comunicarse sino también para modificar aspectos importantes de la creación y renovar la vitalidad de las almas extenuadas, por ejemplo, procurar una agradable lluvia en una mañana de verano o sanar a los enfermos que a raíz de su vileza padecieron; la palabra tenía sublime las cualidades divinas del “padre creador”, como una herencia digno de profunda admiración, respeto, velada infinita y entereza en su expresión. Pues, el mundo ha sido creado mediante la palabra – según la cosmogonía del pueblo indígena Murui – y la palabra adquirió autoridad e inmortalidad desde entonces, cultivable en la fuente del realismo de la rectitud y del amor. Los sabedores tradicionales aconsejaban no acercarse al campo de la maldad, evitar el encuentro casual o premeditado con su sombra incandescente y dominar sus peligrosas atracciones; las personas que transgredieron y transitaron por la oscuridad en busca de matices y fuegos en los mundos subterráneos banalizaron la palabra, vacío como el abismo y proscrito de su verdad fluye en los pueblos originarios, agazapados y furtivos. 

Las organizaciones indígenas han sido creadas siguiendo la inspiración de los sabedores fundadores, cuya palabra no convalecía en la trivialidad, era enorme su grandeza que llegaba hasta los confines arcanos de la creación, irradiaba luz en el camino y develaba el rostro de la confianza y el ojo de la sabiduría hacía despertar. Entonces, avanzaron los primeros “dirigentes” con el espíritu y sapiencia de lo propio, avanzaron hacia adelante hasta llegar a la ciudad creada por Pizarro y Orellana; en aquellas tierras donde más sangre que sudor cayó y en medio del óxido y del calcáreo frío soplaron varias veces el viejo cuerno en señal de advertencia del primer peligro: la aculturación del alma. Las plumas enhiestas sobre la gloria de los caballeros primigenios, en poco tiempo, yacía en impropios ajuares, salía en las portadas de los diarios, estaba en la agenda de las ONG y en la mirada de fuleros y timadores. Las comunidades amazónicas decían ya haber visto el progreso, la emoción hacía temblar la carne y no tardaron en formar parte de organizaciones locales, regionales y nacionales, que no es sino una telaraña organizativa copia del sistema societario utilitarista y dominante. El legado oral y fundacional ha sido traducido al español – idioma oficial que carece de palabras exactas o sinónimos de importantes expresiones del idioma materno –, pues ha sido imposible decirle al mundo con claridad, en español, el impulso histórico, onírico y metafísico que habían conllevado a la creación y búsqueda de la “institucionalidad indígena”, “movimiento indígena” con “autonomía” y “autodeterminación”; ¿Son alcanzables estas palabras objetivos desde el seno de la organización creada?.

 Actualmente, las organizaciones indígenas han perdido el brillo y las palabras poderosas del génesis han sido llevadas a los museos, convertidos en archivos escritos y digitales. La distancia geográfica entre una organización nacional, regional y local está cada vez más distante con el alma del pueblo, los canales vivos de comunicación y la percepción común del individuo así lo están demostrando. La situación que ORPIO – afiliado a AIDESEP – viene sufriendo es un indicador oportuno y real; los dirigentes y comuneros asociados no forman parte de una cadena de reciprocidad y motivación mutua, su organización funcional alcanzó depender absolutamente de la disponibilidad de dinero y de la oportunidad exterior, la escasez del dinero constituye la principal causa del abandono de las metas y de los sueños fundacionales; la palabra vernácula no puede ser más fuerte que el dinero, ahora – palabra que ha sido desde mucho tiempo profanado y debilitado por los golpes de los desaciertos y la aculturación del alma –, y esta miseria avergüenza a la estirpe legendaria y profuso de valores; pero a la vez, exige actuar con humildad y mirada acuciosa de cada trama que conforma el canasto que tejieron ayer los primeros dirigentes. Acaso debe estar envejecido, con los colores desdibujados y con el alma cautivo en algún marcado, si es eso la razón del abatimiento, debemos renovar y hacerle hermosa, frondosa y fuerte como el almendro, redimir el alma con la palabra primigenia que aún late en los últimos ancianos vivos. 

Todo puede caer en derredor (dinero, el poder de las armas, el petróleo), la palabra del “padre creador” que dio origen a los pueblos amazónicos y sus bosques deben sobrevivir, como una canción de vida, como una oración. Los dirigentes y los comuneros deben retornar al pedestal de la sabiduría propia, tejer fortalezas en su esencia y fecundar clarividencia; luego abrirse a la ciencia, retornar y gestar una opción propia, diferente e ingeniosa. Actualmente, la matriz organizativa y el espíritu de nuestras organizaciones dependen del sistema global – cae el mayor y luego caerá el súbdito, respectivamente –. La naturaleza de las organizaciones indígenas amazónicas del Perú está diseñada para nadar como un pez en el río de la sociedad urbana, sin embargo, su objetivo y visión reivindicativa de mayor alcance no son alcanzables desde la conducta y cultura institucional actual, por ejemplo, la “autonomía”, la “autodeterminación” y  el gobierno indígena son auténticas utopías sociales; cuya persistencia puede ser visto como excusa de un triste conformismo. Entonces, para avanzar mejor, seguro y consistente, debemos construir nuestro propio camino, construir otra forma de organización, por ejemplo, basado en la afiliación por motivación y proeza.

Thursday, February 07, 2013

El ruido de la economía.


El buen momento de la economía del Perú se puede comprobar en la reciente dinámica de la inversión pública y gastos del Estado. La tasa de crecimiento económico anual de 5,7%  dice que el nivel de vida de la población está aumentando, la balanza de pagos ha mejorado (es decir las divisas por las exportaciones es mayor que el flujo de divisas provenientes por las importaciones, y las inversiones extranjeras y la amortización de la deuda pública se han incrementado). El Gobierno ha legislado, “Ley de Retorno”, a favor de los peruanos que radican en el exterior para asegurar el acceso en los empleos locales que demanda alguna especialización y otros beneficios. Los programas Beca 18 y Pensión 65 tienen cualidad de grandeza para los intereses de la nación, y los recursos ordinarios por transferencias de partidas para la construcción de infraestructuras sociales (educativas, habitacionales, viales, de comunicación y salud, etc.) son señales nítidas del esplendor económico del país que beneficia a una minoría y aviva la esperanza de bienestar de la mayoría de los peruanos.

Está claro que el crecimiento de la economía peruana favorece a la industria del capital y a la población siguiendo la misma lógica de su generación: de arriba hacia abajo. El rápido e importante crecimiento del sector de servicios, industria y de las actividades financieras, así lo demuestra. Las actividades de subsistencia de la población rural y urbana (migrantes internos) prescinden de la seguridad alimentaria y capacitación para el trabajo específico en el contexto de una economía emergente. Beca 18, en esta situación, es un proyecto selectivo, semiurbano, focal (participan o concursan jóvenes de comunidades mayores) y de incierta frecuencia en un determinado periodo, mientras que Pensión 65 y similares son ayudas eminentemente materiales y de consumo limitado.    
En estos momentos hay miles de personas que conviven con la inseguridad vital, principalmente en las comunidades mayores (capitales de distrito) y en los cinturones de pobreza urbana de los migrantes del campo a la ciudad. Los pobladores de las comunidades pequeñas abrigados por los bosques prístinos coexisten todavía con la abundante generosidad, gracias a la conservación legendaria y perseverante: con la tierna luz del amanecer llegan trayendo consigo pescados, aves y animales para el consumo de la familia y emparentados (los canales de la reciprocidad sostiene la vida comunitaria), entretanto, otras familias realizan faenas de siembra o cosecha. En estos lugares donde se anida y crece en el alma la virtuosa dualidad hombre – bosque, el Estado dejó de ser importante por el rigor que su olvido y ausencia perpetró. La presencia del Estado como promotor de bienestar sin amenaza de la fuente originaria de vida forma parte del sueño de estos pueblos y comunidades.
El ruido de la economía próspera y pujante es como del rebato de un curaca de otro clan, el pueblo escucha a lo lejos mientras labra la tierra, pero no lo acepta. Jóvenes estudiantes universitarios que provienen de comunidades nativas distantes, afirman confrontar serias dificultades para seguir estudiando en la ciudad de Iquitos sin ningún punto de apoyo, sus padres realizan actividades hortícolas según la experiencia tradicional, comercializan los frutos y sostienen la familia con otros hijos en edad escolar. Muchas familias han comido una sola vez el día de hoy en la comunidad de los migrantes loretanos y dos veces en comunidades mayores, varios connacionales están hospitalizados y sacudiendo cadenas de solidaridad para completar la receta que no incluye el SIS, y alumbran en la noche las actividades domésticas con velas o lamparillas. 
Los jóvenes indígenas de comunidades distantes se dedican a la extracción de madera como negocio propio o mano de obra, trabajan con los contratitas de las empresas petroleras y, en la frontera, eligen sin otra opción colaborar con las actividades ilícitas. Mientras que los migrantes dedican la fuerza y capacidad de su juventud en faenas informales, irrisorias y contraproducentes a la motivación y emprendimiento de éxito.    

Los inmigrantes rurales levantaron otra comunidad en la ciudad de Iquitos y las comunidades nativas de tierras profusas son dos extremos de una misma línea social que no está siendo incluido en las dimensiones económicas del país, teniendo en cuenta sus motivaciones y racionalidades primigenias o asimiladas.   

Saturday, February 02, 2013

Políticos del engaño.


El pueblo de Loreto alberga infelices actitudes y deplorables aposentos de valores en sus políticos vigentes. El centro del espiral – Iquitos – irradia energía fementida que conmina a los sistemas distritales para conspirar contra su mismo pueblo. Esta calaña que defiende ambiciones y codicias en beneficio de pequeños grupos humanos tiene una vieja y otra nueva matriz; 1. Crisis de valores, la virtud del emprendimiento de grandes empresas de bien como el fin de la vida y la rectitud del comportamiento han sido abolidas por la “civilización del espectáculo”. La pulcritud que se exigía en el seno de la familia y en la escuela se ha debilitado y se ha convertido en una libre norma de convivencia, las instituciones religiosas que sostenía la luz de las virtudes sucumbieron ante la desdicha del ejemplo, la ciencia institucionalizó el laicismo y la prédica del ego dominante, el éxito basado en el ejercicio del intelecto despertó sensaciones agradables y dejó durmiendo en su lecho primigenio la felicidad del espíritu; 2. La aspiración de un mejor estatus en la “sociedad del espectáculo”. En esta sección social la persona que aspira al ejercicio de la actividad política para gobernar no actúa como dueño de un gran sueño o proyecto, sino con el frenético impulso hacia lo suntuario, visto desde la presunción y la teoría de la movilidad social, con el fin de lograr notoriedad y aceptación de la encumbrada sociedad elitista. Salir del anonimato, pobreza, insuficiencia económica y de la abstinencia son las principales motivaciones de los que maniobran en el terreno de la política; mantenerse en el poder político o volver por ella es una exagerada obsesión y servilismo de elocuente codicia. 

Hábitos, costumbres y pensamientos de los políticos de Loreto migraron hacia un temerario y demencial régimen, misántropo y oculto en la sensibilidad del pueblo avanza como un señuelo que va dejando secuelas de hambre, propagandas y esperanzas muy bien hilvanadas con la cultura empobrecida y expectativa de cada comunidad amazónica. El régimen del latrocinio cuenta con hordas capaz de asestar golpes mortales contra importantes opositores y negociar con los aduladores, recibe el amparo de la ley y regenta los vínculos que tuercen al Estado nacional mediante congresistas y ministros. Las empresas privadas forman parte del régimen del mal, transan conveniencias económicas amparadas en la lógica de la ganancia máxima sin amor al cliente y al público. 

Loreto ingresó al siglo XXI sin ninguna luz de cambio de actitud o renovación de las instituciones políticas, desde el Movimiento de Integración Loretana – MIL, con un joven candidato en la dirección, hasta el Movimiento del “gallito” dirigido por un experimentado político, no han dado el salto cualitativo, cívico y moral necesario para transitar hacia una opción madura, civilizada, propia, que logre interiorizar el significado del bienestar mutuo y de la nación. Ninguno de los candidatos en carrera lograron superar el costumbrismo político y convencionalismo de las apariencias, discursos armonizados con el habla y emoción popular, presencia huidiza y adicta a la barahúnda, nadie habla de cómo cultivar una educación para el razonamiento e innovación, razón y juicio. Esta enfermedad es incurable dentro del régimen político retrógrado y corrupto, que constituye un atavismo de la república cauchera, fanática, avariciosa y aventurera. Su legado de una generación a otra es acertado, mejorado y de fina tesitura, tal como podemos ver en las últimas campañas políticas donde la población es tratada como un medio y no como el “fin supremo de la sociedad”, empujados a los parques mediante el fervor de las tómbolas y shows musicales. Los candidatos no pueden salir de la ruta, pues, el pueblo domesticado en ruidosa comparsa va decidiendo su destino, el destino de la desventura. Quizá una nueva generación de líderes de clara inteligencia podrá mejorar el tortuoso rumbo. 

El crecimiento económico del país, significa para los políticos del bodrio, una oportunidad de mayor beneficio, entonces, para no perder en las urnas la deflagración de la batalla por el poder político aumentó, peligrosamente. No hay fatalismo más conmovedor que viendo la infertilidad del terreno de la proeza y rastra de la dignidad, el silencio ocupe el sitial de la voz contestaria.

Entonces, en Loreto todo seguirá igual en los próximos tiempos. No habrá “alondra de luz por la mañana”.