Desde el Alto Putumayo:
Frontera Perú – Colombia – Ecuador.
Breve análisis:
Problemas y disyuntivas de estos pueblos.
El Distrito de Teniente Manuel Clavero, ubicado en el río Putumayo - Perú, frontera con la República de Colombia y Ecuador; está conformado por una población mayoritariamente indígena. Esta tierra ha sido y sigue siendo poblado por los indígenas Secoya, Kichwa y Huitoto. La república del Ecuador, también, está habitado por indígenas Secoya y Kichwas; solo una línea divisoria que constituye el hito fronterizo sella la diferencia.
El pueblo Secoya sostiene una admirable autenticidad cultural; denota en su belleza social las virtudes autóctonas y una recíproca pleitesía hacia las bondades del bosque. Los esquemas mentales, costumbres y los conocimientos ‘modernos’ no pudieron desgastar severamente su frondosa y milenaria cultura; pero, hay una sutil influencia externa sobre el tratamiento de la actividad petrolera y otros temas que pondría en riesgo su bienestar común.
La historia de una reciente resistencia del Pueblo Secoya tiene como plataforma vital la continuidad de la plenitud de su ‘territorio ancestral’ exento de obstáculos al privilegio itinerante conducente al reencuentro con los lugares ‘sagrados’ y familiares que viven en territorio ecuatoriano. Estas libertades posesionaron al Pueblo Secoya al margen de la pobreza propiamente dicha y permitió la madurez del colectivo respecto a los desafíos que dispersa la globalización: 1. Ejercieron un rol importante en el proceso de implementación de la ‘Zona Reservada Gueppi’; 2. Plantearon una propuesta conteniendo notables desacuerdos sobre la actividad petrolera en la zona; 3. Propusieron un proyecto para la ‘reunificación del territorio ancestral secoya’ con la finalidad de acentuar las relaciones sociales entre indígenas Secoyas del Perú y Ecuador; cuyo territorio debería estar reconocido legalmente por el gobierno constitucional de ambos países. Este proyecto abortó debido a su incompatibilidad con las normas legales nacionales y algunos prejuicios sobre ‘soberanía y seguridad nacional’.
Los marcos legislativos y la transferencia de conocimientos conexos estuvieron a cargo de la organización indígena denominada AIDESEP; así, algunas ONG’s pudieron estar cerca del Pueblo Secoya.
Después de 5 años tuve la grandiosa oportunidad de permanecer en esta típica tierra. Los ancianos amigos mantienen la fuerza y la juventud en la luz que irradia sus ojos. Los niños y jóvenes cultivan el porvenir según el referente fijado por los ‘mayores’. Los jóvenes se han dado cuenta que en el curso de la vida social se encuentra nuevos desafíos y nuevas necesidades. Por ejemplo; requieren capacidades desarrolladas para mejorar la administración de los ‘bienes comunes’ en relación a los temas como aprovechamiento adecuado de los recursos naturales, prestación del servicio de salud básica, iniciativas económicas autogestionarias. Actualmente, hay una población considerable que lograron culminar estudios secundarios y se dedican a labores cotidianas de subsistencia; en consecuencia, están propensos a caer en las redes del narcotráfico y otras actividades ilícitas que ofrecen medios de intercambios válidos en el mercado comercial de bienes y servicios. Esta realidad social configura un escenario ávido de empleos lícitos y oportunidades necesario para afrontar exitosamente los desafíos y necesidades mencionadas. Mientras los ‘mayores’ tienen la palabra en materias de recursos naturales y medio ambiente.
También, tuve la ocasión de establecer diálogos con dirigentes ‘no indígenas’ que significa el 40% de la población de este distrito; conformado por inmigrantes y emigrantes nacionalizados peruanos. Esta población defiende la idea del aprovechamiento de los recursos naturales sin deteriorar su matriz productiva. Respecto a la explotación de hidrocarburos evidencian su permisión una vez establecido algún acuerdo de ‘no contaminación’ y una vez cerciorado la voluntad de supervisión y control del Estado; de acuerdo a las leyes vigentes. La población del Distrito Teniente Manuel Clavero conoce que el 22 de marzo del año 2006 se suscribió el contrato de Licencia para la Exploración y Explotación de Hidrocarburos en el Lote 117, entre PERUPETRO S.A y la Empresa PETROBRAS ENERGIA PERU S.A.
Después de organizar las posiciones de los ciudadanos que habitan el Distrito de Teniente Manuel Clavero, en función a la actividad petrolera, puedo concluir en la existencia de una embrionaria tendencia hacia el consentimiento y aceptación. Esta neo tendencia encuentra justificación en la ausencia de capacidades técnicas, servicios básicos y empleos lícitos; que afecta gravemente y deteriora la autoestima de esta población fronteriza.
Mientras tanto, el `paro armado` indefinido que propician los campesinos colombianos; impide el transporte de alimentos de primera necesidad desde el interior del país vecino; en efecto, la canasta familiar diaria de las familias peruanas están desabastecidos; debido a su dependencia directa del mercado colombiano. Los productos peruanos no llegan a este lugar debido a la falta de medios de transportes. Las empresas aéreas privadas no tienen planes de operación comercial por esta zona por la enorme distancia geográfica.
Es imposible aceptar que aún existen pueblos desatendidos y olvidados en el Perú. ¿Es muy difícil transferir oportunidades, servicios básicos a los pueblos de frontera, desde el Estado?
Frontera Perú – Colombia – Ecuador.
Breve análisis:
Problemas y disyuntivas de estos pueblos.
El Distrito de Teniente Manuel Clavero, ubicado en el río Putumayo - Perú, frontera con la República de Colombia y Ecuador; está conformado por una población mayoritariamente indígena. Esta tierra ha sido y sigue siendo poblado por los indígenas Secoya, Kichwa y Huitoto. La república del Ecuador, también, está habitado por indígenas Secoya y Kichwas; solo una línea divisoria que constituye el hito fronterizo sella la diferencia.
El pueblo Secoya sostiene una admirable autenticidad cultural; denota en su belleza social las virtudes autóctonas y una recíproca pleitesía hacia las bondades del bosque. Los esquemas mentales, costumbres y los conocimientos ‘modernos’ no pudieron desgastar severamente su frondosa y milenaria cultura; pero, hay una sutil influencia externa sobre el tratamiento de la actividad petrolera y otros temas que pondría en riesgo su bienestar común.
La historia de una reciente resistencia del Pueblo Secoya tiene como plataforma vital la continuidad de la plenitud de su ‘territorio ancestral’ exento de obstáculos al privilegio itinerante conducente al reencuentro con los lugares ‘sagrados’ y familiares que viven en territorio ecuatoriano. Estas libertades posesionaron al Pueblo Secoya al margen de la pobreza propiamente dicha y permitió la madurez del colectivo respecto a los desafíos que dispersa la globalización: 1. Ejercieron un rol importante en el proceso de implementación de la ‘Zona Reservada Gueppi’; 2. Plantearon una propuesta conteniendo notables desacuerdos sobre la actividad petrolera en la zona; 3. Propusieron un proyecto para la ‘reunificación del territorio ancestral secoya’ con la finalidad de acentuar las relaciones sociales entre indígenas Secoyas del Perú y Ecuador; cuyo territorio debería estar reconocido legalmente por el gobierno constitucional de ambos países. Este proyecto abortó debido a su incompatibilidad con las normas legales nacionales y algunos prejuicios sobre ‘soberanía y seguridad nacional’.
Los marcos legislativos y la transferencia de conocimientos conexos estuvieron a cargo de la organización indígena denominada AIDESEP; así, algunas ONG’s pudieron estar cerca del Pueblo Secoya.
Después de 5 años tuve la grandiosa oportunidad de permanecer en esta típica tierra. Los ancianos amigos mantienen la fuerza y la juventud en la luz que irradia sus ojos. Los niños y jóvenes cultivan el porvenir según el referente fijado por los ‘mayores’. Los jóvenes se han dado cuenta que en el curso de la vida social se encuentra nuevos desafíos y nuevas necesidades. Por ejemplo; requieren capacidades desarrolladas para mejorar la administración de los ‘bienes comunes’ en relación a los temas como aprovechamiento adecuado de los recursos naturales, prestación del servicio de salud básica, iniciativas económicas autogestionarias. Actualmente, hay una población considerable que lograron culminar estudios secundarios y se dedican a labores cotidianas de subsistencia; en consecuencia, están propensos a caer en las redes del narcotráfico y otras actividades ilícitas que ofrecen medios de intercambios válidos en el mercado comercial de bienes y servicios. Esta realidad social configura un escenario ávido de empleos lícitos y oportunidades necesario para afrontar exitosamente los desafíos y necesidades mencionadas. Mientras los ‘mayores’ tienen la palabra en materias de recursos naturales y medio ambiente.
También, tuve la ocasión de establecer diálogos con dirigentes ‘no indígenas’ que significa el 40% de la población de este distrito; conformado por inmigrantes y emigrantes nacionalizados peruanos. Esta población defiende la idea del aprovechamiento de los recursos naturales sin deteriorar su matriz productiva. Respecto a la explotación de hidrocarburos evidencian su permisión una vez establecido algún acuerdo de ‘no contaminación’ y una vez cerciorado la voluntad de supervisión y control del Estado; de acuerdo a las leyes vigentes. La población del Distrito Teniente Manuel Clavero conoce que el 22 de marzo del año 2006 se suscribió el contrato de Licencia para la Exploración y Explotación de Hidrocarburos en el Lote 117, entre PERUPETRO S.A y la Empresa PETROBRAS ENERGIA PERU S.A.
Después de organizar las posiciones de los ciudadanos que habitan el Distrito de Teniente Manuel Clavero, en función a la actividad petrolera, puedo concluir en la existencia de una embrionaria tendencia hacia el consentimiento y aceptación. Esta neo tendencia encuentra justificación en la ausencia de capacidades técnicas, servicios básicos y empleos lícitos; que afecta gravemente y deteriora la autoestima de esta población fronteriza.
Mientras tanto, el `paro armado` indefinido que propician los campesinos colombianos; impide el transporte de alimentos de primera necesidad desde el interior del país vecino; en efecto, la canasta familiar diaria de las familias peruanas están desabastecidos; debido a su dependencia directa del mercado colombiano. Los productos peruanos no llegan a este lugar debido a la falta de medios de transportes. Las empresas aéreas privadas no tienen planes de operación comercial por esta zona por la enorme distancia geográfica.
Es imposible aceptar que aún existen pueblos desatendidos y olvidados en el Perú. ¿Es muy difícil transferir oportunidades, servicios básicos a los pueblos de frontera, desde el Estado?