Wednesday, December 05, 2012

Profusos saberes de los pueblos indígenas en aislamiento.


Los pueblos indígenas en aislamiento que ocupan territorios en la cabecera de cuenca y sub cuenca de los ríos Tigre, Yavarí, Napo y Tapiche en Loreto, conservan la mayor riqueza cultural primigenia debido al exiguo alcance de la sociedad mayoritaria. A diferencia de los pueblos indígenas integrados o contactados que han sido impelidos hacia la adopción de la lógica y noción liberal clásica, ellos reproducen saberes incólumes transferidos en procesos normales y concebidos en la praxis permanente, cuya coexistencia con el bosque constituye el único medio de subsistencia saludable y garantiza su prominente permanencia cultural. 

El dominio de los saberes relacionados con la medicina tradicional, la dinámica de los niveles tróficos en las cuencas y el uso demostrado de capacidades extraordinarias e ininteligibles para toda racionalidad común, deberán ratificarse como razones importantes en la búsqueda de la protección efectiva de los pueblos indígenas en aislamiento, mediante la creación de Reservas Territoriales que vienen siendo gestionado, ante el Estado peruano, por ORPIO y AIDESEP; en virtud de la Ley 28736 “Ley para la protección de Pueblos Indígena u Originarios en Situación de Aislamiento y Contacto Inicial”.   

Las propiedades de la plantas medicinales de la amazonía peruana clasificados por la farmacopea científica es muy poco en relación al vasto conocimiento que manejan los sabedores ancestrales conocidos y aún más abundante es el legado curativo de los pueblos en aislamiento. El eslabón no encontrado en el proceso de composición, combinación y modos de preparación de medicamentos tradicionales impide encontrar recetas efectivas para el tratamiento de enfermedades incurables y debilita la asistencia de la salud comunitaria con la prescindencia de productos de botica. Sin la abstracción de los saberes inherentes de los pueblos en aislamiento y la planificación de una recopilación rigurosa al momento que decidan formar parte de nuestra sociedad, encontraríamos un conjunto de posibilidades necesarias para la evolución confiable y eficaz de la ciencia médica. 

Los pueblos indígenas en aislamiento forman parte itinerante de las cadenas tróficas de las cuencas escenario de un sigiloso y prolongado desplazamiento entre distintos tipos de comunidades biológicas, durante tiempos inmemorables. Pues, mantienen vivo la relación de parentesco, resultante de visitas periódicas, con grupos aislados que habitan la selva del Brasil y Ecuador. Esta legendaria rutina habría permitido conocer conductas cronológicas que atañe a los procesos de alimentación y disponibilidad de las especies. Según testimonios de cazadores, habían encontrado recientes caminos furtivos de pueblos indígenas en aislamiento con la imposibilidad de cuantificar la cantidad de sus integrantes, todos pisan en un solo lugar que imprime la aparente huella de una sola persona. Estuvieron tan cerca que los cazadores oyeron imitaciones de silbidos de gavilán y rugidos de tigre, emitidos con estridencia para ahuyentar a los intrusos.  Por la agilidad y cohesión de la nómade población se presume que son minoritarios, sin ningún miembro senil. 

Las capacidades extraordinarias de estos pueblos fueron afirmadas por madereros ilegales que actúan en la cuenca del Curaray y Arabela. En lugares y tiempos diferentes tuvieron infortunadas experiencias que describen como un súbito temporal con nubes cargadas que oscilaban cerca de los árboles, cubriendo el sol radiante para oscurecer focalmente el lugar que habían ocupado, mientras se protegían de la lluvia, cayó un rayo que afectó seriamente las funciones auditivas de los ocupantes y dejó la atmósfera con olor a pólvora. Fuertemente atemorizados y con el pulso exaltado  huyeron sin mirar atrás. Después de cinco minutos de veloz retirada se dieron cuenta que el clima del nuevo lugar estaba apacible y el haz del sol entraban vigorosamente a través de resquicios de la floresta.

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