Plan Putumayo: costo y beneficio.
El Estrecho – Loreto (Perú). El día de hoy domingo 02 de septiembre de 2007, estamos esperando a la delegación de alto nivel de la República del Perú y Colombia que tienen la finalidad de suscribir el acuerdo sobre el “Plan Putumayo”. Cuyo texto está divido en dos: pública y no pública. Hay mucha expectativa en la población basado en la presencia de oportunidades que permitiera luchar contra la pobreza. Este acontecimiento permite un libre discernimiento mirando hacia el cielo y los caminos de la tierra.
Las naciones sudamericanas se reencuentran con la alegría de las libertades y valores proclamados en el pasado. Están dando respuesta a subyacentes voces vivas, sinceras, legendarios y autóctonas de libertadores ortodoxos, seculares, eruditos, santos, poetas, amautas y caciques; algún día la pólvora y el brillo aparente de la espada liberal inmovilizó durante más de 500 años. Sin embargo, aquellas voces-semillas diseminadas en tierras fértiles constituyen vida y esperanza de los hijos vernaculares.
La Historia registra ya la conformación de un Estado híbrido entre la pobreza y la abdicación; cuya economía de mercado se mantendrá asistida mientras viva la voluntad generada de los Estados Unidos. El hecho de un próximo abandono del Plan dejará en “cuidados intensivos” la economía de la nación; si no se estima un plan de contingencia.
Es indudable, la prolongación del comportamiento consumista y la escasa preocupación para el buen manejo de la materia prima, acumulación de capital y dividendos necesarios para los tiempos de crisis; entonces, estamos inmersos en una corriente que se conduce hacia lo impensable.
Así, la concepción social y libertaria del actual gobierno del Ecuador hizo posible la retirada de los norteamericanos de su territorio. El fracaso del Plan Colombia referido a la ineficacia en el combate contra el terrorismo y la erradicación de la droga dio lugar al viraje del proyecto hacia territorio peruano en la cuenca del río putumayo. Acaso no significa el involucramiento de la sociedad peruana en un peligroso juego de ajenos intereses?; teniendo en cuenta que aquí no hay violencia política (terrorismo) ni cultivo de coca.
Con la luz del día puedo ver y estimar algunos costos del Plan Putumayo. La concesión pasiva y coercitiva de la biodiversidad a los intereses supranacionales; abdicación de la soberanía; acontecimiento irreconciliable en la relación con la búsqueda de la dignidad histórica de la nación; sacrificio de vidas peruanas en una impropia guerra no convencional debido al traslado territorial de la violencia de Colombia al Perú, que representa los “daños colaterales” de vidas inocentes principalmente en la zona de incidencia; subordinación de los liderazgos civiles a las directivas castrenses; expectativas temporales en detrimento de la imaginación creativa y emprendedora; libertades golpeadas por la enajenación de la voluntad en permisión de la obediencia y el temor; discernimiento del ideoléxico neoliberal en una época que auspicia el diseño de un mundo sin “pecado social”; alteración del orden social basado en un soportable sincretismo; en fin mucho mas…
En cuanto a los beneficios es difícil estimar su cumplimiento y sostenibilidad en los aspectos relevantes del “Plan de Desarrollo del Putumayo”; toda vez que estará condicionado a la voluntad supranacional.
Finalmente, corresponde encomendar nuestro futuro a la sentencia secular “el hombre es causa de si mismo”.
El Estrecho – Loreto (Perú). El día de hoy domingo 02 de septiembre de 2007, estamos esperando a la delegación de alto nivel de la República del Perú y Colombia que tienen la finalidad de suscribir el acuerdo sobre el “Plan Putumayo”. Cuyo texto está divido en dos: pública y no pública. Hay mucha expectativa en la población basado en la presencia de oportunidades que permitiera luchar contra la pobreza. Este acontecimiento permite un libre discernimiento mirando hacia el cielo y los caminos de la tierra.
Las naciones sudamericanas se reencuentran con la alegría de las libertades y valores proclamados en el pasado. Están dando respuesta a subyacentes voces vivas, sinceras, legendarios y autóctonas de libertadores ortodoxos, seculares, eruditos, santos, poetas, amautas y caciques; algún día la pólvora y el brillo aparente de la espada liberal inmovilizó durante más de 500 años. Sin embargo, aquellas voces-semillas diseminadas en tierras fértiles constituyen vida y esperanza de los hijos vernaculares.
La Historia registra ya la conformación de un Estado híbrido entre la pobreza y la abdicación; cuya economía de mercado se mantendrá asistida mientras viva la voluntad generada de los Estados Unidos. El hecho de un próximo abandono del Plan dejará en “cuidados intensivos” la economía de la nación; si no se estima un plan de contingencia.
Es indudable, la prolongación del comportamiento consumista y la escasa preocupación para el buen manejo de la materia prima, acumulación de capital y dividendos necesarios para los tiempos de crisis; entonces, estamos inmersos en una corriente que se conduce hacia lo impensable.
Así, la concepción social y libertaria del actual gobierno del Ecuador hizo posible la retirada de los norteamericanos de su territorio. El fracaso del Plan Colombia referido a la ineficacia en el combate contra el terrorismo y la erradicación de la droga dio lugar al viraje del proyecto hacia territorio peruano en la cuenca del río putumayo. Acaso no significa el involucramiento de la sociedad peruana en un peligroso juego de ajenos intereses?; teniendo en cuenta que aquí no hay violencia política (terrorismo) ni cultivo de coca.
Con la luz del día puedo ver y estimar algunos costos del Plan Putumayo. La concesión pasiva y coercitiva de la biodiversidad a los intereses supranacionales; abdicación de la soberanía; acontecimiento irreconciliable en la relación con la búsqueda de la dignidad histórica de la nación; sacrificio de vidas peruanas en una impropia guerra no convencional debido al traslado territorial de la violencia de Colombia al Perú, que representa los “daños colaterales” de vidas inocentes principalmente en la zona de incidencia; subordinación de los liderazgos civiles a las directivas castrenses; expectativas temporales en detrimento de la imaginación creativa y emprendedora; libertades golpeadas por la enajenación de la voluntad en permisión de la obediencia y el temor; discernimiento del ideoléxico neoliberal en una época que auspicia el diseño de un mundo sin “pecado social”; alteración del orden social basado en un soportable sincretismo; en fin mucho mas…
En cuanto a los beneficios es difícil estimar su cumplimiento y sostenibilidad en los aspectos relevantes del “Plan de Desarrollo del Putumayo”; toda vez que estará condicionado a la voluntad supranacional.
Finalmente, corresponde encomendar nuestro futuro a la sentencia secular “el hombre es causa de si mismo”.
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