Wednesday, July 11, 2012

¡Esa agua no se podrá tomar!

Estimo que el 1% de agua disponible es apta para el consumo humano en Loreto después de 40 años de actividad petrolera. Se explica con los siguientes indicadores: no son saludables las aguas de los ríos Napo, Morona, Pastaza, Corrientes, Tigre, Marañón, Huallaga, Ucayali, Curaray y Amazonas. Según informes fehacientemente documentados con estudios, imágenes y testimonios de la población afectada, estos ríos recibieron petróleo vertido directamente o por ausencia de seguridad en las actividades de transporte terrestre y fluvial. La remediación de las fuentes son promesas regularmente cumplidas en el río Corrientes y totalmente negadas en las demás cuencas hidrográficas, cuya irresponsabilidad de las instituciones públicas encargadas de monitorear la calidad del agua y fiscalizar el desempeño funcional y contractual de las partes involucradas nunca han sido sancionadas ejemplarmente sino apañados vil y vergonzosamente. Las demás historias sobre las desventuras económicas y jurídicas vinculados al régimen extractivista son muy conocidas y forman parte de la decepción de los empobrecidos, y ayudaron a crear el paradigma de la desconfianza verdadera.
Sé que las aguas del río Algodón, Yaguas, Putumayo y Nanay se pueden tomar directamente tal como hicieron nuestros antepasados en la otrora plenitud del bosque. Cuyo legendario servicio a la humanidad y diversidad biológica es único y extiende su bondad ayudando a permanecer en la visión de lograr una nueva forma de sostener la evolución de la vida y la reproducción de las culturas amazónicas.
Gran parte de la población del Loreto y del mundo sabe que el agua es un bien cada vez más escaso. Saben que se están gestando proyectos supranacionales para controlar las fuentes de agua dulce y que su tenencia en buen estado constituye la base no negociable de la vida de los pueblos y comunidades. Conocen su importancia diaria y futura, experimentaron muertes y enfermedades sufridas a causa de la contaminación química del agua. El agua dulce y limpia se ha convertido en el elixir y la piedra angular de la civilización humana. Sin embargo, no hay deceso ni moratoria de la polución inevitable e inherente a la dinámica industrial. Las cumbres mundiales sobre el cambio climático y sus protocolos evidencian mecanismos compensatorios y no buscan la transformación de la matriz. En consecuencia, los pueblos disponen frente al peligro claro e inminente un recurso que nació junto con la democracia: la movilización de fuerzas sociales y el endurecimiento de las protestas más allá de la vida como última alternativa de salvación; tal como ocurre en Cajamarca.
Tratando de enfocar, el cuidado del agua del río Nanay es eminentemente vital como cuidar el buen flujo y reflujo de la sangre dentro del cuerpo humano. Decía un amigo que nació y vivió más de medio siglo en el Nanay “el río Nanay es la vena mayor de la población del lugar y de la ciudad de Iquitos, es una fuente irreemplazable”. Esta metáfora se construye desde la sabiduría popular y la capacidad de mirar el futuro desarrollándose sobre una fuente de agua dulce autónoma y corregible.
Las empresas petroleras deben saber que el paradigma de la desconfianza verdadera solamente podrá desaparecer con 40 años de actividad petrolera ‘amigable con el medio ambiente’, la cultura y las expectativas de los pueblos directamente involucrados. Plazo suficiente para demostrar lo que se dice de la ‘tecnología de punta’ aplicable a los hidrocarburos y tiempo necesario para trabajar para la recuperación de los daños ocasionados.

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