Ya el 16 de octubre del 2013, el
Parlamento Europeo, tenía proyectado una propuesta de resolución sobre la Conferencia
19 de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP19), recientemente culminado
en Varsovia – Polonia. La propuesta de resolución ha sido estructurado tomando
en cuenta los compromisos, metas y desafíos inherentes a la evolución de la COP
(desde la COP 1 - Berlín en 1995 “Mandato de Berlín” hasta la COP 18 – Doha del
2012 “donde se confirma la falta de acuerdo para una solución más decisiva y se
extiende el Protocolo de Kioto hasta el 2020, comprometiendo sólo a la Unión
Europea, Australia y un puñado de otros países en desarrollo”).
Los principales temas de la
propuesta han sido tratados en la COP 19 que pasaron por la discusión y
evaluación del avance de la “Plataforma de Durban” que considera la reducción
de emisiones mundiales por debajo de los niveles de 1990, la transición del “Protocolo
de Kioto” hacia un régimen internacional que involucre a todas las partes, la “brecha
en materia de mitigación” de la emisión de gigatoneladas de CO2, el “financiamiento
para el clima” para la lucha contra el cambio climático hasta 100 mil millones
de dólares anuales antes del 2020, la “adaptación, pérdidas y daños” que busca
abordar las pérdidas y daños asociados a los impactos de los desastres naturales,
la “reducción de las emisiones resultantes de la deforestación y la degradación
forestal (REDD+)”, “Política energética” en busca de energías renovables, “Diplomacia
Política” que procura establecer un “pacto climático” universalmente aplicable,
y otros temas.
Durante la discusión y
negociación de los principales temas de la COP 19 se puso en evidencia y se confirmó
entonces el barrunto de individuos e instituciones que sostenían la prevalencia,
en este evento, de los intereses empresariales del mundo. En este rumbo, el día
21 de noviembre (a los 11 días de duración de la COP 19) estalló una bomba de
tiempo enriquecido por la falta de voluntad política de los países
industrializados e históricamente responsables del cambio climático, cuyo
impacto abatió directamente las posibilidades claras de concreción de acuerdos
relacionados con los mecanismos de “financiamiento para el clima” y de “daños y
pérdidas” presentado por el G-77. En consecuencia, según la prensa europea Euroxpress, ese mismo día “el bloque de
133 países en desarrollo se retiró de las conversaciones para alcanzar un
tratado internacional sobre el cambio climático, en protesta por la renuencia
del mundo rico a financiar los daños y pérdidas que está causando el
calentamiento global. Ese mismo día la agencia de noticias EFEverde informó que “medio millar de activistas de las principales
organizaciones no gubernamentales del mundo en las que se encuentran Greenpeace,
Oxfam, ActionAid, WWF, International Climate, Amigos de la Tierra, entre otros
abandonaron la Cumbre ante la falta de avances y se ha puesto los intereses de
las industrias energéticas sucias por encima de los intereses de los
ciudadanos del mundo, en una Cumbre del
Carbón y el Clima” celebrada simultáneamente”.
En el comunicado conjunto de las
ONG y movimientos sociales, en unos párrafos, dicen “Las organizaciones abajo
firmantes nos solidarizamos con los millones de afectados por el tifón Haiyan y
con todas las personas afectadas por el clima. Nuestra solidaridad nos obliga a
decir la verdad sobre la COP 19 - la Conferencia sobre el Clima de Varsovia. La
Conferencia sobre el Clima de Varsovia, que debería haber sido un paso
importante en la transición justa hacia un futuro sostenible, está en la vía de
no conseguir prácticamente nada. De hecho, las acciones de muchos países ricos
aquí en Varsovia están socavando directamente la propia Convención, que es un
importante proceso multilateral que debe tener éxito si se quiere solucionar la
crisis climática global”, “no ha habido avances significativos en un punto
clave como es la financiación, que sigue casi sin financiación real, y las
negociaciones sobre daños y pérdidas se han paralizado porque los países ricos
se niegan a consensuar la esencia de este mecanismo internacional”.
COICA y sus organizaciones
asociadas presentaron en el seno de la COP 19 la propuesta de “Redd+ Indígena Amazónico”
articulado con el “Plan Amazónico de Vida Plena”, que implica la definición de
metodologías de medición de almacenamiento de carbono, respeto a los derechos
socioculturales, territoriales y la integralidad de los servicios ecosistémicos
del bosque. La misma que encarna el espíritu de lucha a nivel global de los
pueblos indígenas.
La agencia de noticias AFP
informó que “En las últimas horas de negociaciones, la Conferencia 19 de
Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP19) alcanzó un acuerdo sobre el
mecanismo de financiamiento para el programa Reducción de Emisiones por Deforestación
y Degradación de los bosques (REDD). Se trata de los sistemas de
financiamiento, niveles de referencia de las emisiones forestales, medición,
reporte y verificación de las emisiones relacionadas con los bosques”
¡Hasta la COP 20 – Lima Perú!
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