Sunday, February 02, 2014

Gaigirgordub: halo del Caribe.

Cerca del canal de Panamá se encuentra el territorio Kuna –pueblo originario que mantiene vivo su legendario conocimiento del mar Caribe colindante con su  bosque tropical que constituyen la principal e insustituible fuente de bienestar común–  que evidencia con nitidez la capacidad de mantener su esplendor y riqueza sobreponiéndose a la vehemencia del extractivismo regional y global. Los kunas han heredado una hermosa y profusa tradición cultural que fue defendido con honor y valentía por sus  líderes ante la siniestra política del Estado panameño que estuvo destinado a homogeneizar los derechos ciudadanos prescindiendo de los valores congénitos de sociedades milenarias ubicadas en su jurisdicción. Actualmente, la cultura Kuna florece de acuerdo a su propia forma de ver el mundo y el viento del mar Caribe no ha dejado de correr deprisa llevando consigo incansablemente por el mundo entero historias, sensaciones y mensajes de proezas legendarias y cotidianas, aromas, sensación del arte singularmente minimalista –en la pequeña isla Gaigirgordub, a un kilómetro de distancia, late con vitalidad el “Museo Kuna” que comprende una bella y respetable memoria donde la nueva generación renueva su identidad y compromiso con la prosperidad cultural– y de la luz de aquellos símbolos propios se ha construido la bandera oficial del pueblo kuna, que ondea con orgullo su comarca en señal de libertad,  autonomía y esperanza.  

En la isla Gaigirgordub parte de la Comarca Kuna –mientras el vaivén de las olas susurraban con recato sobre la misteriosa y provechosa relación espiritual que conserva el pueblo primigenio con el mar– el abuelo Naibe, Secretario del Consejo Kuna, septuagenario, cabello largo y canoso, trigueño, un poco obstinado, cauto en proferir sobre su tradición y muy enterado de los desafíos y amenazas que merodean su comarca, con voz aguda y buen español me habló sustancialmente sobre la historia de su casta: “Nuestros abuelos nos enseñaron muchas cosas que nos ayudan a vivir en paz con el bosque y el mar, la autonomía que tenemos en la comarca es el resultado de heroísmo y fortaleza común contrapuesto a los intereses económicos del Estado panameño, en 10 días vamos a conmemorar el éxito de una revolución que nos libró de la eterna esclavitud.  No permitimos la implementación de proyectos que amenazan con grandes impactos debido a su capacidad demostrada de convertirse en varios demonios, entonces, decidimos desarrollar actividades orientados al sector turismo basados en los servicios de hospedaje, alimentación y venta de artesanías. Actualmente llevamos adelante la implementación de la escuela intercultural Kuna, con el 30% de apoyo del gobierno de Panamá y el 70% del gobierno de España”; cuando pregunté sobre la pesca en el mar y sus conocimientos conexos me dijo que “de eso te hablaré después”. Con una sonrisa que iluminó su cansina y propia complexión se despidió de mí.

Durante mi breve estadía en Gaigirgordub vi la pesca de bonito con caña y disfruté varias veces de un plato que bellas mujeres kuna con trajes bordados y adornos en los brazos habían preparado. Turistas que arribaron en veleros procedentes de Norteamérica y Europa exultaron de las bondades que ofertan la culinaria y la hospitalidad de la isla. Los albergues están construidos de madera local, su pared está hecha de miles de varillas como si fuera un seto organizado por un esteta, hojas cuidadosamente tejidos conforman un techo que convive con la brisa y el sol abrasador.


No es para menos, en Gaigirgordub, acaba de concluir con mucho éxito la “Reunión Regional Abya Yala Diálogo entre el Banco Mundial y los Pueblos indígenas, Políticas Operativas – Salvaguardas”, con la participaron de líderes indígenas de América Latina y el Caribe. 

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