Sunday, October 27, 2024

Bajo Canampa: un antes y un después de la prodigalidad del territorio ancestral

Hola niña, cómo te llamas. Sonrió sin detenerse tras los pasos de un grupo de niños que iban a la escuela. Tenía en una mano una bolsita con tres huevos y en la otra un cuarto de fideos empaquetado. Pregunté si va a la escuela, dijo que sí con un gesto combinado entre el deseo de desayunar primero y no llegar tarde. Abrió el seto frontal de su vivienda y se fue sin despedirme. Eran las siete y media de la mañana del segundo lunes de octubre cuando se dio este acontecimiento enaltecedor y vislumbrante que devela por un lado el amor de la niñez indígena por la educación y por otro el notable deterioro de la prodigalidad del territorio ancestral.

Nosotros en Bajo Canampa y la mayoría de las comunidades de esta cuenca y alrededores, hace mucho tiempo que sufrimos de la escasez de alimentos provenientes del bosque, me dijo –más temprano del mismo día que había tenido el breve pero memorable encuentro con la niña Awajún– un poblador a modo de preámbulo de una narrativa extensa que encuadró con realismo histórico un antes y un después de la abundancia y su degradación imparable dentro de un contexto que tiene el mismo motivo y causal: el aumento de la población, el consumo descontrolado y la falta de respuesta oportuna y sostenible. Deseamos con urgencia un conjunto de acciones que ayude a recuperar las bondades de nuestros montes, cochas y quebradas y en estos tiempos dependemos mucho del mercado de la ciudad porque nuestro mercado se ha empobrecido, culminó el diálogo con esta afirmación. Nos despedimos con un apretón de manos que subyacía en ella sentimientos de hospitalidad, nostalgia y esperanza. Entonces, pensé con rapidez y comprobé una vez más que la pobreza monetaria es una condición humana que nos hace vulnerable en un entorno árido y desprovisto de alternativa fuertemente conectado con el legado, la historia, organización fuerte y liderazgo claro, conocimientos propios y planes viables.

En la asamblea de más de cien líderes que se realizó el día siguiente (es decir, el tercer martes de octubre) en Bajo Canampa, los temas de debate y acuerdos estuvieron alineados con la descripción social y económica brindado el día anterior por el comunero y líder, cuyo nombre no logré recordar hasta el día de hoy. El cónclave decidió combatir los graves impactos de la minería ilegal de oro –y otros problemas como de salud y educación– en el territorio ancestral de los pueblos indígenas Awajún y Wampis desde las murallas de la autodeterminación que se encarna ahora en el proceso de consolidación de los gobiernos territoriales autónomos. Se afrontará con tenacidad en medio de las dificultades que se alimenta en el abandono y complicidad del actual gobierno y en las divisiones intestinas de las comunidades indígenas, auspiciadas por el mismo flagelo. Las enormes ganancias que produce la minería de oro no se pueden reemplazar por ninguna actividad legal en este momento, en consecuencia, el dinero sucio está actuando como aplanadora de los sistemas de control y fiscalización de las instituciones del Estado, dejando a los pueblos indígenas en la razón de poner a prueba sus propias instituciones de control y vigilancia para salvaguardar la vida, la cultura, el territorio, la biodiversidad y el bienestar común.

Bajo Canampa es una comunidad Awajún ubicado a veinte minutos aguas arriba de la ciudad de Nieva, Condorcanqui, río Marañón. La niña Awajún que fue a la bodega a comprar los insumos para el desayuno, emocionada y deprisa para llegar a la escuela a tiempo, simboliza la verdad del mundo territorial hoy languidecida y que no está amamantando bien a sus hijos, representa el vacío de los compromisos de todas las latitudes para la defensa de la amazonia a partir del bienestar de las pueblos y comunidades indígenas.

Saturday, August 10, 2024

Los conocimientos de los ancianos están muriendo con ellos.

 

Transcurrió más de cien años desde que los sabios indígenas del pueblo huitoto murui poseían conocimientos extraordinarios y sobrenaturales. Tantos otros pueblos tenían lo suyo, admitía mi abuelo. Su declive fue acelerado por la evangelización y la prohibición prolongada del uso y ejercicio recurrente, dejando a su paso el imbatible muro de la discriminación y olvido. La transmisión generacional, en consecuencia, fue interrumpido, disminuido y ataviado por la consiguiente enseñanza proveída en las escuelas cristianas. Imposible no mencionar la ruptura de la columna vertebral que la aberrante y genocida época del caucho infligió al refulgente proceso cultural propio de entonces.  

Los esfuerzos de investigadores y exploradores hicieron posible conocer a la luz de nuestros días la diversidad, jerarquía y efectos de los conocimientos vernaculares. También, la tecnología de la información y la comunicación frenó la velocidad de la decadencia y permitió la recopilación y documentación de importantes fragmentos de los vastos saberes.

El antropólogo y lingüista suizo Jürg Ulrich Gasche (1940 Suiza – 2020 Perú) –le llamábamos izo (tío) Jorge Gasche, por respeto y admiración– dedicó más de media vida en investigar y demostrar que la sabiduría huitoto murui –por antonomasia echó luz el universo de la cultura de otros pueblos indígenas para develar su hermosa y riquísima dimensión– es profunda, poética, filosófica, figurada y a la vez pragmática en la creación de ecosistemas de vida y cambios dinámicos para remontar la valla del peligro. Decía izo Gasche: Tengo grabado el discurso de tres horas y media sobre el origen de la tierra y sus alrededores (binie kumuillano) y otros géneros cognitivos entre ellos sagrados que los sabios disertaban únicamente en actos ceremoniales para rendir homenaje a la semilla, cosecha y la abundancia de comida, inauguración de una maloka, bienvenida de un ser totémico y otros acontecimientos que constituyen vitales en el desarrollo de la cultura y la vida saludable. Asimismo –seguía contando izo en el mambeadero (lugar de diálogo) con buena dosis de coca y tabaco en ingesta, en reciprocidad– que los sabios y ancianos de quiénes recibió generosamente los conocimientos ancestrales murieron pocos años después. Probablemente, conmigo los abuelos sabios debieron haber cumplido el deseo de asegurar la transmisión de saberes hacia otras latitudes y generaciones donde en algún momento volverá a amanecer la palabra.

Quedamos todos maravillados y con miles de preguntas sin respuesta, porque los que deberían responder ya no están con nosotros sino ulteriores representantes consanguíneos y líderes que procuran mantener vigente el brillo de la milenaria cultura huitoto murui. En un fragmento del discurso sobre el origen se refiere, por ejemplo, a la posada del conocimiento universal basado en el “canasto de la sabiduría” del cual los seres humanos están logrando acceder poco a poco. Dónde estaría ubicado este tejido conteniendo los saberes del mundo, cómo los sabios o n+mairamas (sabio de más alto nivel) lograban llegar a ella, qué tipo y cantidad de conocimiento estarían en el cesto organizado –tal como reza el discurso de origen– en una especie de panal con celdillas de colores relucientes. Descifrar e interpretar con respetable aproximación la totalidad del discurso tardaría muchas horas, días o semanas. Teniendo en cuenta que su construcción es metafórica y con abundante simbolismo –dijo izo Gasche– la respuesta exacta de las preguntas a estas alturas de la civilización solo puede ser encontrada a través de las plantas maestras: coca, tabaco, ayahuasca y yajé.

Si hubieran sabido escribir los historiadores murui habrían contado con el lente de la verdad y con detalle cómo hacían los n+mairamas y guerreros, por ejemplo, para viajar por el espacio aéreo en naves fabricadas con el poder del discurso de origen. Cómo hacían levitar los pilares de madera dura de más de quinientos kilos para que una sola persona pueda maniobrar en la construcción de la maloka. Hay muchos hechos similares y reales que enumerar, de extraordinaria tesitura. Recientemente (julio 2023), cómo sobrevivieron 40 días en la selva colombiana los cuatro niños huitotos murui perdidos, quizá la selva no es enemigo sino amigo de los pueblos indígenas, por la incansable y armoniosa coexistencia durante siglos, porque estamos y debemos estar juntos el hombre y el bosque para salvar el mundo de las embestidas muy bien conocidas.

La revitalización y práctica extendida y profunda de la cultura huitoto murui y de otros pueblos indígenas debe convertirse en una prioridad para el buen vivir en el territorio ancestral, consiguientemente fortalecer el esfuerzo global orientado a detener la destrucción de la amazonia.  

 

Saturday, June 29, 2024

Peligrosa, cómplice y deliberada satisfacción

Investigaciones confiables han revelado cómo la economía de las regiones amazónicas del Perú ha sido inoculada por las ganancias de las actividades ilícitas de gran calibre. Tala y minería ilegal, narcotráfico, tráfico de tierra y trata de persona aumentó la disponibilidad monetaria en el mercado, edulcorando la corrupción, lavado de activo, violencia e inseguridad. Cuyos mecenas mimetizados en la política y empresariado sorben del mismo barril con las organizaciones criminales, sin escrúpulos ni cuestionamientos.

El soborno a funcionarios clave y empresarios han creado –desde las últimas dos décadas la atrocidad criminal creció con mayor velocidad y profundidad– una montaña de impunidad y acceso a la justicia de las instituciones y personas agraviadas. Probablemente miles de millones de soles estarían alimentando cada día el curso de decisiones fatídicas y perversas de quienes tienen el deber de defender la integridad y bienestar de todos. En este periodo más de treinta líderes indígenas han sido asesinados intentando controlar el avance de los tentáculos de la mafia en territorios prístinos y habitado por miles de años. La extracción de oro en el rio Nanay (Loreto) además de haber contaminado con mercurio la principal fuente de agua de la cuenca y la cadena alimenticia, es ahora increíblemente un conjunto de entramado aparentemente difícil de combatir y abatir. Está en expansión y protegida desde adentro y desde afuera, en comparsa y complicidad.

El corolario de tráfico de tierra y minería aluvial parafrasea la misma secuencia de muerte, daño e impunidad perpetrado por el narcotráfico, tala ilegal y trata de persona en la amazonia peruana. Los espacios transfronterizos desprovistos de acciones concretas para desvincular a las comunidades indígenas y ribereñas del imperio del mal, amenaza con robustecer la maquinaria de asesinato de más líderes indígenas y de los pueblos en aislamiento voluntario, degradación de ecosistemas, contaminación del medio ambiente y la normalización de la cultura delincuencial.  

La satisfacción de coexistir y consumir bienes y servicios impulsado por la economía de las actividades ilícitas se ha convertido en la reconocida y venerada joya de oro puro que exulta y configura el arquetipo mental y de razonamiento de la mayoría de los líderes de opinión y referentes de la sociedad de Loreto, Ucayali, San Martin, Amazonas y Madre de Dios, principalmente. Hubiera sido infeliz de mi parte conspirar contra una cofradía de puritanos sino supiera –según investigaciones de la fiscalía sobre el caso Saweto– que detrás, por ejemplo, de la muerte de líderes indígenas estuvieron empresarios del rubro forestal y que la retórica anti – indigenista forma parte de una coartada para desenfocar y salvaguardar sus intereses obviamente que no están alineados con la legalidad y las buenas prácticas. Aquellos que aplauden el cambio de la ley forestal y que ahora brinda mayor aptitud agraria sobre bosques primarios y los que afirman que la economía del caucho donde se ha esclavizado y muerto más de sesenta mil indígenas del Putumayo es digno de inmortalizar, no son tontos ortodoxos sino fieles apóstoles de la avidez a expensar del sufrimiento de los más vulnerables.

Es tremendamente urgente echar a correr un plan de cumplimiento obligatorio contra la desinformación, el discurso de odio y la ignominia, a fin de estar algo seguro de que en poco tiempo una nueva generación de lideres abrirá la compuerta de la justica, paz y prosperidad.  

Sunday, October 22, 2023

“Nuestro territorio ancestral es nuestro supermercado”

Los pueblos indígenas sostienen en todo momento y con inamovible convicción de que el territorio ancestral es un supermercado, en paralelo con los centros comerciales de las urbes donde se puede acceder a una variedad de productos para la alimentación, medicina, materiales de construcción, materia prima, vestimenta, tintes, instrumentos, piezas de comunicación y otros. Esta coherente comparación nació de la necesidad de colocar una poderosa narrativa que logre detener la destrucción del bosque, la contaminación de las fuentes de agua dulce, la biodiversidad y la diversidad cultural. Es decir, es un singular ejemplo que busca crear conciencia en la población urbana donde viven los tomadores de decisión, que sin los bienes de consumo de alta prioridad en los anaqueles la vida seria también insostenible y la protesta social no tendría escrúpulos.  Líderes y lideresas indígenas del Perú son cada vez más recurrentes en su proclamación debido al crecimiento imparable de las decisiones políticas y las actividades subsiguientes que afectan directamente el bienestar y la esperanza de prolongar el buen vivir en más de un cuarto de millón de población indígena amazónica. Los incendios forestales, las altas temperaturas y lluvias torrenciales, seguía y descenso excesivo de los ríos, disminución del rendimiento de las cosechas y la interrupción del ciclo de reproducción de los peces y otras especies, son consecuencias recientes, visibles y continuas que desluce la lucha global contra el cambio climático.

Siguiendo con el paradigma del supermercado, no estaría completo solamente con mencionar la capacidad de suministro de bienes del bosque sino también la provisión de servicios ambientales como la generación natural de los ríos voladores –transportadores de agua en forma de vapor hacia vastos lugares de Sudamérica– y el secuestro y almacenamiento de carbono. Esta última aptitud es la piedra de toque de la arquitectura destinada a fijar el calentamiento global en menos de 2°C. El territorio ancestral de los pueblos indígenas ha cumplido esta función durante miles de años y continúa siendo generoso en estos tiempos de crisis climática. Paradójicamente el financiamiento climático no permeó siquiera para combatir la deforestación encaminada y el asesinato de líderes indígenas defensores, fortalecer la gobernanza propia y defender la vulneración de los derechos colectivos y fundamentales. "Son las comunidades que menos han contribuido a causar la crisis las que ahora están en la primera línea de los peores impactos", afirmó Harjeet Singh, jefe de estrategia de Climate Action Netword Internacional, en la COP27 de Egipto.

El territorio ancestral preexistente a la conformación del Estado no solamente es el supermercado proveedor de bienes y servicios tal como está concebido en esta nota. Es fundamentalmente depositaria de los conocimientos tradicionales que se mantienen vivos en los árboles, en las cascadas, en el abuelo viento, en el yaguar, en las boas gigantes, en los aromas, en la belleza de las aves, en los sitios y plantas sagradas, en el canto de los tucanes, en el sol, las estrellas, en la luna, en el trueno, en las entrañas de la tierra, en la tierra fértil, en los códigos oral del buen vivir, en la palabra de los sabios y en la memoria colectiva. No hubiera “amazonia viva” a estas alturas de la civilización universal sin la práctica, protección y reproducción de estos saberes. Tampoco hubo tantos muertos por la pandemia en la casa grande.

La muralla que protege el milenario territorio está siendo agujereado por las políticas económicas de los gobiernos y por las actividades ilegales no combatidas frontalmente por la fuerza pública. La contramedida adoptada últimamente por los pueblos indígenas es escalar en la protección a través de la declaración de los gobiernos territoriales autónomos, en virtud del derecho de libre determinación. Entonces, podremos defender juntos y de manera formidable el territorio vivo de los pueblos indígenas y del mundo.

Thursday, April 27, 2023

En aumento: intención descubierta y encubierta de acabar con la protección indígena del bosque.

No será posible acabar con la protección indígena del bosque amazónico sin matar o sobornar a sus dirigentes. Esta sentencia contextual y macabra es muy bien conocido y aplicado por las organizaciones formales, también por el crimen organizado de los rubros de la explotación de los recursos naturales y tenencia de tierra. El tiempo así lo ha demostrado desde la época del caucho (1885 – 1915) hasta la vigente y descontrolada proliferación de la demanda de los productos maderables, minería aluvial, monocultivos y cultivos ilícitos. En 30 años que duró el auge de la goma de shiringa murieron más de 60 mil indígenas y en los últimos 10 años fueron asesinados 25 lideres defensores del territorio ancestral (08 de Ucayali, 06 de Junín, 01 de San Martin, 02 de Madre de Dios, 01 Loreto, 04 de Huánuco, 01 de Amazonas, 02 de Pasco. Fuente: SAAT/CIPTA/AIDESEP).

Luz Mery Añez, lideresa Yine de la comunidad Nueva Oceanía, ubicado en la zona alta del río Tahuamanu en Madre de Dios, narró de un hecho siniestro sucedido en este lugar. Entonces, los habitantes de esta comunidad habían viajado aguas abajo para celebrar el aniversario del Distrito el 7 de junio del año 2012. Discurría en paz los días deshabitado en la comunidad hasta que fue socavado por el incendio de 18 viviendas, la totalidad de los hogares y pertenencias de los humildes pobladores indígenas fueron convertido en ceniza. Nunca podría haber sido un hecho natural, las casas estaban separadas entre 30 metros y hasta más, no había ninguna posibilidad de que el fuego se expanda de un inmueble a otro.  No muy tarde se dio con la verdad. La empresa maderera Canales Tahuamanu – Catahua SAC habría urdido el desalmado y miserable percance. En consecuencia, el objetivo de escarmentar y arrodillar a la comunidad frente a la disputa de posesión ancestral del vasto territorio ha sido un fiasco. La concesión forestal de la empresa es reciente y se superpone al territorio originario del pueblo Yine y de los Mashco Piro, este último está todavía en situación de aislamiento voluntario. Si la razón y la verdad está de lado de Oceanía no es suficiente para que puedan vivir tranquilos, esta concesionaria seguirá lanzando dardos incendiarios, amenazando de muerte a sus líderes y acosándolos legalmente, hasta lograr eliminar este parapeto humano que impide el ingreso a los ricos territorios que habitan los Mashco Piro, aguas arriba del Tahuamanu.

El espíritu criminal y maquiavélico de Catahua SAC es análoga a las de otras firmas que utilizan el poder económico para salir libre de fundamentadas incriminaciones. Corrompen autoridades, dirigentes gremiales, líderes de opinión para allanar el terreno del saqueo, para legislar y sentenciar a favor de intereses que muchas veces causan la muerte y ponen en serio peligro la vida humana, la biodiversidad, la fuente de agua limpia y eleva la temperatura de los conflictos sociales.

Oceanía es un uno de los tantos casos que pone de manifiesto la intención descubierta y encubierta de acabar con la protección indígena del bosque. Sin embargo, los pueblos indígenas amazónicos no están dispuestos a ceder ante el dolor y la muerte sino robustecer el control del territorio proveedora de vida, cultura propia  y bienestar sostenible para nosotros y el mundo.

Thursday, November 03, 2022

La historia de la impunidad es extensa y dolorosa.

Las empresas que se han dedicado al aprovechamiento de los recursos naturales en la amazonia peruana en el último medio siglo tuvieron de tótem a la piedra angular de los patrones caucheros del siglo XVIII. Durante la época denominada el “boom de caucho” se echó abajo brutalmente los derechos humanos de los pueblos indígenas y se afianzó el sistema productivo forzado y de avidez a las ganancias impregnadas de menosprecio de la vida y la dignidad. Este perverso modelo fue adoptado consiguientemente por las compañías post periodo de la goma de shiringa. Entonces, fue arropado por normas altamente vulnerables, pensado y repensado por los operadores del Estado para proteger las prácticas criminales y socavar el derecho a la justicia social, ambiental, cultural y de bienestar de las comunidades relacionadas directa e indirectamente con el giro del negocio.

Ninguna ley en el Perú pudo hacer efectivo el pago de las multas impuestas a Pluspetrol. Según investigaciones realizadas por el portal MONGABAY, “Pluspetrol Norte tiene 73 procesos sancionadores que derivaron en 72 multas impuestas por el OEFA, entre el 2011 y el 2021, por sus operaciones en el Lote 192 y el Lote 8. El monto total de las multas supera los 47 millones de dólares”. La historia de impunidad es extensa y dolorosa y que involucra a miles de personas con la salud deteriorada debido al consumo de fuentes contaminadas. Los pasivos ambientales no remediados constituyen –más de 2000 en los principales lotes explotados– focos permanentes de polución. Sumado a todo esto, la vida se vuelve cada día más difícil por el derrame de petróleo –500 derrames en los últimos 20 años– producido por la ruptura del vetusto Oleoducto Norperuano en sus distintos tramos. La compañía Petrotal operador del Lote 95 de Puinahua, en agosto del 2020, puso al descubierto la subrepticia crueldad legado de sus antepasados, urdió acaso un crimen de Estado induciendo a la policía a ametrallar el gentío que protestaba –en busca de mejores condiciones de vida en medio de la pandemia– en su patio principal, causando la muerte de tres indígenas y once heridos.

Estos daños monstruosos deberán ser estudiados rigorosamente a través de una comisión de la verdad, con la finalidad de cuantificar, reparar y conjurar peligros previsibles asociado a la explotación económica de los bienes comunes. Los pueblos indígenas afectadas por la actividad petrolera pidieron incansablemente este quehacer: “No solo por la contaminación de los territorios de los pueblos indígenas, sino también por haber afectado gravemente los derechos fundamentales a la vida, a la salud, a la integridad física y psicológica, el derecho a disfrutar de un medio ambiente equilibrado y sano”.

Siguiendo con el guion nos encontramos con el tortuoso periplo de las empresas madereras de Loreto. Durante mucho tiempo han sido proveído deliberadamente por madera de procedencia ilegal. Actuaron de fachada las concesiones forestales, empresas afines y con la participación de las autoridades corruptas “blanquearon” millonarios cargamentos extraídos de manera ilícita de zonas inhóspitas, donde el bosque todavía es virgen y es el hogar de los pueblos indígenas y de los pueblos indígenas en aislamiento voluntario. El juego sucio dio gigantescas ganancias económicas en agravio de los valores empresariales, del fraude fiscal, maltrato de los trabajadores, deforestación y falta de compromiso con los estándares sociales y ambientales.

Actualmente la industria petrolera y forestal de Loreto estás paralizadas. El Perú promueve, protege y brinda seguridad jurídica para las inversiones nacionales y extranjeras, entonces no es culpable el marco legal del estancamiento de los dos principales sectores que sostiene la dinámica económica de la región. El primero está cosechando los frutos amargos de la prolongada avidez de las ganancias descomunales en desmedro de los derechos humanos, de la biodiversidad y del  de los conflictos sociales en su zona de influencia.  El segundo está siendo engullido por la anaconda de dos cabezas: de la informalidad adrede y del saqueo de los recursos forestales.

Mientras tanto la economía negra del narcotráfico, minería ilegal y tráfico de tierras ponen en riesgo la vida de los que defienden su territorio y ensancha día a día el camino de la violencia y la muerte.

Preocupa mucho también el nacimiento de una tribu urbana que busca promover el alicaído desarrollo sostenible de la región Loreto, mediante el reimpulso del sector energético, forestal, infraestructura vial y conectividad digital. Ningún mortal podría estar en contra de esta importante propuesta si estuviera basado en los principios de gobernabilidad, diálogo intercultural y participación de los pueblos indígenas en la toma de decisiones y respeto del derecho al territorio ancestral. Sin embargo, desde su alumbramiento se ha dedicado –de sol a sol– a sembrar la narrativa del odio, la violencia y la infamia en el seno de los pueblos indígenas, urbanos y ribereños; con el propósito de socavar la propuesta de gobernanza propia y propiciar el retorno de las mismas prácticas que llevaron al borde del colapso a las principales actividades económicas de la región, en el último medio siglo.  

Sunday, May 22, 2022

En campaña política: intentan manipular la conciencia del pueblo loretano.

Los líderes políticos quedaron sin argumentos después de haber fracasado en la conducción del Gobierno Regional de Loreto, en los últimos 20 años. Las principales propuestas utilizados en tiempo de campaña para persuadir al electorado han sido, en su momento, creíbles y decantaron a la mayoría.

Primero decían que Loreto no progresaba porque el centralismo era un parásito y que vivía a expensas de nuestra riqueza, entonces se echó a caminar la descentralización y la riqueza producida por la región y las competencias fueron manejados por las autoridades de turno hasta el día de hoy. Después sostenían que para relanzar la industria forestal era de vital importancia concesionar bosques primarios, entonces se entregaron 4 millones de hectáreas a empresarios conocidos y a cualquier otra persona allegado al círculo de poder regional y nacional de aquel momento. Las concesiones forestales –otorgadas hace 20 años– no cumplieron la función encomendada sino sucumbieron a la triquiñuela para no reforestar, “blanquear madera de origen ilegal”, permitir el cultivo de coca y otros males en agravio de su propio sector. Loreto está cada vez más pobre por falta de conectividad vial, empezaron a dar los primeros pasos para la construcción del tren Iquitos – Yurimaguas. Se gastó 100 millones de soles (27 millones de dólares) solo en estudios, nunca se vio un solo pedazo de riel ni vagón alguno. Inmediatamente pusieron énfasis en el proyecto de la carretera Iquitos – Santa María de Nanay – Doce de Octubre – Saramiriza, estimado en 7 mil millones de soles. Seguramente quedará en estudios como producto de la viveza criolla imperante.

Traté de mencionar los casos emblemáticos que conforman el monótono menú de las propuestas de la élite política loretana. Me estaba olvidando, decían también que Iquitos se iba a levantar como modelo de ciudad sostenible con prioridad en el cuidado del medio ambiente y el bienestar de sus habitantes. Se ejecutó, entonces, el megaproyecto de sistema de alcantarillado de más de 700 millones de soles. El bienestar prometido se inundó muchas veces en las aguas servidas, cada vez que llovía muy fuerte. Hay otros casos emparentados como la fraudulenta ciclovía y la arborización con maceteros de la ciudad de Iquitos.

Ninguna de estas propuestas de campaña convertidas en proyectos encaminados logró apuntalar o abrir el camino del desarrollo sostenible de la región Loreto. Las expectativas y la confianza de miles de loretanos quedaron atrapados en el manto de la mentira y el fracaso. En consecuencia, los aspirantes a la presidencia del Gobierno Regional de Loreto para el próximo periodo incluyeron en sus propuestas ´nuevos temas´ impregnados de falso patriotismo y amenaza a la soberanía, despreciable postura ideológica sobre los estándares nacionales y internaciones orientados a la protección de la vida de las personas más vulnerables y de su fuente de subsistencia. Por ejemplo, están tratando de endilgar – con descaro y desvergüenza descomunal– el aumento de la pobreza y el decaimiento de la actividad económica (forestal, hidrocarburos, comercio y otros sectores) al proceso de creación de las reservas indígenas para la protección de los Pueblos Indígenas en Aislamiento y Contacto Inicial (PIACI), impulsado por ORPIO y AIDESEP de la mano con las comunidades indígenas ubicadas en los lugares más alejados.

Los PIACI, son hermanos que todavía no decidieron vivir como viven sus congéneres, en comunidades. Ellos son itinerantes, caminan dentro de un vasto territorio en busca de alimentos y huyen permanentemente de madereros, narcotraficantes, cazadores, exploradores y de otros peligros. El Estado tiene el derecho de protegerlos conforme a las leyes establecidas. Existe PIACI en Ecuador, Brasil, Colombia y Paraguay. El territorio que el Estado les concede a los PIACI para que vivan seguro seguirá siendo del Estado. No constituyen ninguna amenaza a la soberanía nacional, a la seguridad alimentaria ni son culpables del desgobierno prolongado de la región Loreto. Es abominable la deliberada acometida de la infame clase política –que actúa bajo la sombra del facistoide grupo autodenominado Coordinadora por el Desarrollo Sostenible de Loreto– de usar a los PIACI en campaña política, despotricando y patrocinando su propalación para intentar manipular la conciencia de los electores del digno e inteligente pueblo Loretano.