Thursday, December 24, 2009

Desde el Alto Putumayo:
Frontera Perú – Colombia – Ecuador.

Breve análisis:
Problemas y disyuntivas de estos pueblos.

El Distrito de Teniente Manuel Clavero, ubicado en el río Putumayo - Perú, frontera con la República de Colombia y Ecuador; está conformado por una población mayoritariamente indígena. Esta tierra ha sido y sigue siendo poblado por los indígenas Secoya, Kichwa y Huitoto. La república del Ecuador, también, está habitado por indígenas Secoya y Kichwas; solo una línea divisoria que constituye el hito fronterizo sella la diferencia.
El pueblo Secoya sostiene una admirable autenticidad cultural; denota en su belleza social las virtudes autóctonas y una recíproca pleitesía hacia las bondades del bosque. Los esquemas mentales, costumbres y los conocimientos ‘modernos’ no pudieron desgastar severamente su frondosa y milenaria cultura; pero, hay una sutil influencia externa sobre el tratamiento de la actividad petrolera y otros temas que pondría en riesgo su bienestar común.
La historia de una reciente resistencia del Pueblo Secoya tiene como plataforma vital la continuidad de la plenitud de su ‘territorio ancestral’ exento de obstáculos al privilegio itinerante conducente al reencuentro con los lugares ‘sagrados’ y familiares que viven en territorio ecuatoriano. Estas libertades posesionaron al Pueblo Secoya al margen de la pobreza propiamente dicha y permitió la madurez del colectivo respecto a los desafíos que dispersa la globalización: 1. Ejercieron un rol importante en el proceso de implementación de la ‘Zona Reservada Gueppi’; 2. Plantearon una propuesta conteniendo notables desacuerdos sobre la actividad petrolera en la zona; 3. Propusieron un proyecto para la ‘reunificación del territorio ancestral secoya’ con la finalidad de acentuar las relaciones sociales entre indígenas Secoyas del Perú y Ecuador; cuyo territorio debería estar reconocido legalmente por el gobierno constitucional de ambos países. Este proyecto abortó debido a su incompatibilidad con las normas legales nacionales y algunos prejuicios sobre ‘soberanía y seguridad nacional’.
Los marcos legislativos y la transferencia de conocimientos conexos estuvieron a cargo de la organización indígena denominada AIDESEP; así, algunas ONG’s pudieron estar cerca del Pueblo Secoya.

Después de 5 años tuve la grandiosa oportunidad de permanecer en esta típica tierra. Los ancianos amigos mantienen la fuerza y la juventud en la luz que irradia sus ojos. Los niños y jóvenes cultivan el porvenir según el referente fijado por los ‘mayores’. Los jóvenes se han dado cuenta que en el curso de la vida social se encuentra nuevos desafíos y nuevas necesidades. Por ejemplo; requieren capacidades desarrolladas para mejorar la administración de los ‘bienes comunes’ en relación a los temas como aprovechamiento adecuado de los recursos naturales, prestación del servicio de salud básica, iniciativas económicas autogestionarias. Actualmente, hay una población considerable que lograron culminar estudios secundarios y se dedican a labores cotidianas de subsistencia; en consecuencia, están propensos a caer en las redes del narcotráfico y otras actividades ilícitas que ofrecen medios de intercambios válidos en el mercado comercial de bienes y servicios. Esta realidad social configura un escenario ávido de empleos lícitos y oportunidades necesario para afrontar exitosamente los desafíos y necesidades mencionadas. Mientras los ‘mayores’ tienen la palabra en materias de recursos naturales y medio ambiente.

También, tuve la ocasión de establecer diálogos con dirigentes ‘no indígenas’ que significa el 40% de la población de este distrito; conformado por inmigrantes y emigrantes nacionalizados peruanos. Esta población defiende la idea del aprovechamiento de los recursos naturales sin deteriorar su matriz productiva. Respecto a la explotación de hidrocarburos evidencian su permisión una vez establecido algún acuerdo de ‘no contaminación’ y una vez cerciorado la voluntad de supervisión y control del Estado; de acuerdo a las leyes vigentes. La población del Distrito Teniente Manuel Clavero conoce que el 22 de marzo del año 2006 se suscribió el contrato de Licencia para la Exploración y Explotación de Hidrocarburos en el Lote 117, entre PERUPETRO S.A y la Empresa PETROBRAS ENERGIA PERU S.A.

Después de organizar las posiciones de los ciudadanos que habitan el Distrito de Teniente Manuel Clavero, en función a la actividad petrolera, puedo concluir en la existencia de una embrionaria tendencia hacia el consentimiento y aceptación. Esta neo tendencia encuentra justificación en la ausencia de capacidades técnicas, servicios básicos y empleos lícitos; que afecta gravemente y deteriora la autoestima de esta población fronteriza.

Mientras tanto, el `paro armado` indefinido que propician los campesinos colombianos; impide el transporte de alimentos de primera necesidad desde el interior del país vecino; en efecto, la canasta familiar diaria de las familias peruanas están desabastecidos; debido a su dependencia directa del mercado colombiano. Los productos peruanos no llegan a este lugar debido a la falta de medios de transportes. Las empresas aéreas privadas no tienen planes de operación comercial por esta zona por la enorme distancia geográfica.

Es imposible aceptar que aún existen pueblos desatendidos y olvidados en el Perú. ¿Es muy difícil transferir oportunidades, servicios básicos a los pueblos de frontera, desde el Estado?

Saturday, July 04, 2009

Grave ausencia de bienestar social en la cuenca del Putumayo.


La ausencia de inversiones públicas y privadas está consumando la situación de extrema pobreza que vive la población del distrito del putumayo. Los empleos generados por las instituciones públicas locales han disminuido ostensiblemente debido al recorte financiero transferidos mensualmente por el gobierno central. Muchos proyectos de inversión pública y la contratación de servicios dejaron de ejecutarse.
La inversión privada local se sostenía en el aprovechamiento estacional del “camu camu” (Myrciaria dubia) ‘. La empresa “Perú Amazon Expor S.A.” ha sido el principal agente económico privado de la cuenca del putumayo dedicado desde el año 1997 a la compra de frutas maduras de ‘camu camu’ y a la exportación del 90% de pulpa al Japón. En los últimos dos años, “Perú Amazon Expor S.A.”, abandonó esta significativa actividad económica.
Temporalmente, las familias, se dedican a la comercialización de alevinos de ‘arahuana’ (Osteoglossum bicirrhosun). Esta actividad provee considerable flujo de circulantes en la economía de la cuenca; pero, propicia graves impactos sobre la población de esta importante variedad íctica.
La actividad forestal está empobrecida. Las especies con importante valor comercial han sido explotadas descontrolada y ilegalmente durante más de 20 años. Hoy, los bosques asequibles a la actividad humana con fines de extracción forestal se encuentran despoblados de la valiosa especie maderera: “cedro” (Cedrela odorata); cuyo valor económico es altamente significativo.
Actualmente se evidencia la explotación de oro aluvial en los lechos del río Putumayo. Muy pocas personas trabajan en esta actividad debido a su mecanizada dinámica. Las ‘dragas` con banderas colombianas, peruanas y brasileras han incursionado en esta jurisdicción hace cinco años aproximadamente. Promueven un aliciente circulante económico en algunas familias que perciben ingresos por la venta de productos agropecuarios. La extracción del oro en este lugar no está basado en ningún estudio de impacto ambiental; consiguiente, se desconoce los niveles de mercurio que podrían contener los componentes hídricos.

El reciente incremento de la ausencia de bienestar social en la población del distrito del Putumayo está relacionado con los problemas económicos surgidos a partir del impacto de la “crisis mundial”; cuyos efectos, en el Perú, se han trasladado directamente al sector rural. El ingreso diario de las familias rurales del distrito del putumayo ha disminuido en una proporción de 15 a 5 unidades monetarias; por consiguiente, está afectando dramáticamente la canasta familiar básica diaria y la capacidad adquisitiva respecto a los bienes básicos de subsistencia, generalmente, productos manufacturados de prioritaria necesidad. Muchos niños están inasistiendo a la escuela; otros, no tienen acceso a medicamentos exceptuados por el Seguro Integral de Salud (SIS). Los ancianos y minusválidos no tienen la atención médica adecuada y forman parte de una población humana golpeado por la intransigencia y el olvido.
Las fuentes generadoras bienestar de la persona humana están en su punto mas bajo en esta parte del país.
Estos antecedentes demuestran la despreocupación e inacción del gobierno nacional frente a los graves problemas que agobia a la población del distrito del putumayo. El ‘Plan Putumayo’ y el ‘Plan Anticrisis’, dice la población, que ha sido una conspiración retórica contra su expectativa y esperanza.

El ‘Plan Anticrisis’ implementado por el gobierno peruano no involucra a las poblaciones de bajos ingresos ubicados en esta zona de frontera; sino representa una salvaguarda para los intereses del empresariado nacional y extranjero. Igualmente, las publicitadas ‘cifras de crecimiento económico’ constituyen una ignominiosa propaganda o el resplandor de un buen amanecer ‘centralista’; la misma que encamina el curso de una política socioeconómico excluyente y de élite. Mientras que los países del mundo han implementado planes anticrisis incluyentes con importantes gastos en inversión y gastos sociales para proteger los intereses de los sectores económicos importantes y de los sectores con escasos ingresos económicos.

Es aún más difícil la situación de las poblaciones indígenas que habitan lugares muy alejados de la capital del distrito. El Estado tiene aspecto de una escuelita construida por los mismos pobladores con material de la zona; donde un maestro desinformado y desconectado de la progresiva realidad nacional no constituye un verdadero promotor del desarrollo. Donde un sanitario atiende, en su domicilio, enfermedades simples. La mayoría dependen de las bondades que ofrece la medicina tradicional. Muchos han muerto mientras un pastor evangélico imploraba un soplo divino de sanidad.

Que la intolerancia, el desinterés del gobierno por los pobres del Putumayo y el sincretismo religioso no confine la más importante base del bienestar: el bosque y la diligencia.

Monday, June 15, 2009

GENOCIDIO EN ‘BAGUA’: EL PUNTO DE VIRAJE.

Mi sentido pésame para los familiares de los compatriotas peruanos caídos en Bagua.

Los ciudadanos del Distrito del Putumayo están profundamente contritos por el segundo genocidio consumado contra los pueblos indígenas amazónicos. Esta vez tuvo como escenario la provincia de Bagua, departamento de Amazonas, Perú. Después de cien años, nuevamente ha retornado a la mente indígena lo siniestro y luctuoso; ha vuelto a quemar los embates de la arrogancia y la codicia como en la otrora época del caucho en el Putumayo.
El autoritarismo y la avidez han trastocado “Las venas abiertas de América Latina”. Esta vez, un legatario del ‘colonialismo’ mimetizado en la embrionaria democracia peruana intenta avasallar a su propia nación culturalmente diversa. Un presidente constitucional de infructuosa visión política ejerce el poder basado en los postulados del capitalismo; cuyo ‘manifiesto’ personal (el perro del hortelano) denota un estéril apasionamiento de la cultura occidental, tal como pensaron los civilistas en la “república aristocrática peruana”. Mientras los acontecimientos evolucionan, el presidente del Perú, es un solitario y dogmático representante del neoliberalismo en una América del Sur que se mueve según los desafíos del futuro.

Los valientes e ingenuos miembros de la Policía Nacional del Perú caídos en Bagua han ido a defender los intereses de la élite ‘alanista’ y no los sagrados intereses de la nación peruana; consiguientemente, constituye un delito de lesa humanidad y da lugar a un inmediato enjuiciamiento de Alan García ante los tribunales nacionales y supranacionales. Estos reclamos se pueden oír en los familiares de los militares muertos; así como también, en la comunidad policial del país.

La teoría del “perro del hortelano”’ proclama intrínsecamente la eliminación de la cultura autóctona y étnica del país; es el germen que sustenta la ‘homogeneización’ cultural mediante una ‘dictadura de élite’; plantea la anulación de los territorios ancestrales y el arrinconamiento de los PI amazónicos en pequeños fragmentos territoriales que conllevarían a su sistemática y forzada desaparición. Los ‘Apus’ sabios y visionarios lograron identificar esta gravísima amenaza y en respuesta hicieron uso de los espacios y mecanismos democráticos para exigir la derogatoria de las leyes en cuestión. Sin embargo, el Estado convirtió la mesa de diálogo en una ‘mecedora’ que movía la continuidad de la ley; la misma que fue refrendada por la mayoría de congresistas oficialistas y aliados. Inmediatamente, Alan García ordenó a través del Ejecutivo una implacable matanza, con armas de guerra, de aproximadamente 300 pacíficos huelguistas indígenas que bloqueaban el tramo de una carretera en Bagua. Todo este absurdo andamiaje culminó en un genocidio étnico que amerita una denuncia penal contra el principal responsable y fortalece las bases para la construcción de un ‘museo de la memoria y tolerancia’.
En resumen. La macabra decisión del gobierno tuvo tres matrices. Uno, la mesiánica aplicación de su manifiesto “que tiene nombre de perro”. Dos, el agotamiento de su propia capacidad dilatoria ante un asunto de elevado interés nacional. Tres, la incapacidad de aceptar su propio error respecto a la dación de la inconstitucional ‘ley de la selva’. Hasta que su desesperación y petulancia confluyeron en una pócima mortal.

Después del funesto viernes 5; Alan García propaló desesperados insultos y otras trivialidades sesgados de odio y racismo que colisiona contra una monumental sencillez, sólida identidad cultural y organizativa, emblemática agenda reivindicativa y perseverante verdad que garantiza los valores en curso de los PI. Alan García es repudiado por la civilización europea mediante sus parlamentarios por su evidente discriminación y racismo; quizás lo están ubicando como “ciudadano de segunda clase”.
Una vez suspendido el DL 1090 – Ley Forestal y Fauna Silvestre - el gobierno peruano, continuará ninguneando y expresando adjetivos peyorativos contra los PI. Tratará de seguir matando a los PI en todos los campos. En tal sentido, es muy importante y urgente la mediación de organizaciones independientes y de elevado prestigio moral; a fin de establecer una nueva mesa de diálogo que incluya a los principales actores; con la participación preponderante de AIDESEP.

El funesto acontecimiento del reciente 5 de junio plantea la urgente necesidad de un nuevo pensamiento político que podría originarse de las largas jornadas de contrastes entre los vientos del sur y del norte. Podría germinar al mismo tiempo en las tierras fértiles de la costa, la sierra y la selva. Un pensamiento que no tendría enemigos, ni caudillos ni caciques. Un camino abierto entre la esperanza y la prosperidad que encarna el sueño de todos los peruanos. Permítame reposar en un Perú del futuro dónde no existan motivos de odio entre hermanos.

Desde el Putumayo

Thursday, May 21, 2009

Desde el putumayo:

Verso al bosque.

Bosque enfrutecido y frágil,
majestuoso soplo de Dios;
fuente irreemplazable del pan de cada día,
único hogar de las especies terrenales;
¿pudieras responder el agravio que te hacen?

Tal vez, sea esta tu respuesta:

No soy Dios,
no soy hombre,
no soy devastador huracán.
Soy, corpúsculo de agua,
de nieve, de aroma,
de cielo, de polvo.

Bosque deslucido y erguido junto al horizonte,
patrimonio atractivo del hombre;
infecundo,
hostil;
¿pudieras pedir filantropía?

Tal vez, sea esta tu respuesta:

Amor y verdadera razón, suplico:
Una espléndida flor en cada mano es
una vida en cada ceniza;
una gota de agua pura es
la semilla de cada sonrisa.

Bosque divino y majestuoso,
Virgen y recóndito:
Envuelva tus manantiales;
esconde tus lianas doradas.
Y para reducir tanta intriga
otorga la jerarquía
a la más pequeña hormiga.

Bosque y providencia de altas esperanzas;
mediante el aurora o alguna señal:
enséñanos tu savia,
tus cantos,
tus gritos.

Thursday, May 14, 2009

¿Para qué protestan los pueblos
indígenas amazónicos?

…para que el Perú no sea un mendigo
sentado en banco de oro.

En los últimos 10 años, los Pueblos Indígenas (PI) de la amazonía peruana, tuvieron acceso a una escalofriante verdad: el agua que toman durante 30 años en la jurisdicción de las cuencas de los ríos Corrientes, Tigre y Pastaza contiene elevados niveles de sustancias tóxicas provenientes de la explotación petrolera. Esta información libre de cualquier tipo de presiones y prerrogativas fue lograda por reconocidas organizaciones científicas privadas dedicadas a proteger los derechos fundamentales de las poblaciones humanas vulnerables.
Esta deplorable develación puso de manifiesto la existencia de un sistema de gobierno que brinda, a las transnacionales, controvertidas e irrespetuosas licencias para el aprovechamiento de los recursos naturales en territorios habitados por PI desde tiempos inmemorables. El Estado actúa en condiciones de inferioridad por su avidez a los capitales extranjeros; en consecuencia, abdica su autoridad en materia ambiental y económica en agravio de millones de personas que aun sobreviviendo durante muchos años tienen la mala suerte de padecer nuevos improperios y privaciones. Así quedó demostrado con la parsimoniosa y encubridora MEM, OSINERG, DIGESA; cuyas instituciones estatales peruanas llegaron, en algún momento, a un peyorativo resultado: las aguas de los ríos Corrientes, Tigre y Pastaza están aptos para el consumo humano; pues, menoscabaron los intereses nacionales, democráticos y políticos básicos.

Los PI amazónicos vienen conduciendo una agenda que tiene como finalidad abolir la denegación de acceso a la asistencia médica, agua limpia, educación, empleo y seguridad económica; a partir del uso y aprovechamiento ‘sostenible’ de los recursos naturales. Estos planteamientos están basados en los esfuerzos que toda nación democrática y sensata adopta para lograr la calidad de vida de sus habitantes. Así, los PI envían a la nación un mensaje de justicia y respeto. Los PI no se oponen sino plantean la urgente necesidad de lograr un desarrollo inclusivo; que no resida en mejorar la vida de uno y destruir la vida del otro.

Siendo más ilustrativos. Las transnacionales petroleras que operan en la selva amazónica disfrutan de un gran banquete en medio de miles de personas que padecen severos signos de desnutrición; cuyo invitado principal es un burócrata que ha llegado al lugar para “supervisar”. Si algún día un indígena que necesita atención médica prioritaria pide ayuda a una transnacional petrolera generalmente es rechazado. Los acuerdos suscritos con los PI del río corrientes (Acta de Dorisa) no han sido cumplidos conforme lo requerido.
Estas conductas contravienen todo sentido común y seriedad; en efecto, ha creado un entristecido contraste: El Estado privilegia a las transnacionales y atropella a los PI.


Sin haber resuelto la demanda de los PI amazónicos el gobierno actual ha creado varios dispositivos legales que flexibiliza el acceso de las transnacionales a la selva amazónica y sus recursos naturales (recursos hídricos, madera, petróleo, recursos genéticos); cuyas normas beneficia y satisface las necesidades del empresariado neoliberal y nubla la esperanza de bienestar de los PI.

Después de haber abortado varias oportunidades de diálogo con el Estado los PI adoptan, inmediatamente, la vía de la movilización de fuerzas sociales para exigir la atención de sus principales exigencias; cuya movilización en marcha está siendo respaldada por muchas personalidades, ciudadanos, intelectuales, organizaciones de base, instituciones educativas, universidades, la iglesia católica; gobiernos regionales, provinciales y locales.
Esta admirable respuesta solidaria corresponde al comienzo de una mentalidad individual - colectiva coherente a una nueva era en términos de política y gestión económica. Muchos países han adecuado su matriz económica y política para evitar los impactos de la crisis mundial que no es sino la crisis del paradigma económico neoliberal. La incertidumbre del actual gobierno y su permanencia en los mismos postulados está afectando negativamente a los PI y otros sectores pobres del país.

La población del Distrito del Putumayo se movilizará pacíficamente el 15 de mayo del año en curso; a fin de respaldar la agenda de los PI amazónicos que se encuentran en pie de lucha. Asimismo, condenar el innecesario ‘estado de emergencia’ decretado por el Estado en la zona de influencia de las protestas.

Thursday, March 19, 2009

Historia de un contraste.

En la localidad de Estrecho, en un lugar junto al río putumayo se llevó acabo una improvisada tertulia de fin de semana entre el afecto de los vientos suaves y las resonancias melodiosos del mediodía urbano. Nuestras mentes coincidieron en el tratamiento de un tema referido a una notable y desigual diferencia existente entre los tripulantes del Buque de la Armada Peruana ‘Loreto’ y la mayoría de los habitantes del distrito del putumayo. Es muy conmovedor ver muchos casos de personas que necesitan asistencia médica oportuna en casi todas las comunidades ribereñas del putumayo – decía un oficial del buque – y continuó - encontramos un niño que padecía desnutrición aguda causado por enfermedades gastrointestinales y otra persona convulsionaba a efectos de una fiebre muy alta; el médico del barco actuó de inmediato y salvaron la vida de las personas. Mientras que el Buque Hospital Morona se prepara, en Iquitos, para brindar asistencia médica gratuita en esta línea de frontera, dijo.
Entendí que fue una labor excepcional teniendo en cuenta la misión de un buque de guerra en una zona que colinda con la violencia política de la república de Colombia.
El misericordioso oficial narró cada uno de los conmovedores sucesos con mucha intranquilidad; como si tuviera algún peso de conciencia y reflejaba en sus ojos el deseo de su revelación. Un amigo que estuvo en la reunión dijo que la evolución de la sociedad y de la historia dio lugar a las grandes desigualdades que hoy conmina al mundo; por ejemplo, en nombre de Dios se han librado sangrientas batallas religiosas que permitió la acumulación de riquezas que se han capitalizado en el sistema financiero internacional que hoy sustenta a las iglesias y a su estructura jerárquica (islamismo, judaísmo, cristianismo romano, cristianismo ortodoxo, cristianismo protestante); mientras evangelizan a un pueblo cada día mas empobrecido. El oficial interrumpe la secuencia coloquial y reconoce que existe una desacertada interpretación del hombre por el hombre y se somete a un juicio común al mencionar que la vida que lleva en el buque tiene una relación contigua con la vida de los religiosos y una relación contrapuesta con los pobres. Mientras uno se prepara para la guerra y para garantizar el respeto de la soberanía nacional, el otro, se prepara para llegar al reino de los cielos y para garantizar el respeto de una ‘doctrina’. Mientras los dos tienen paz, el pueblo combate contra las adversidades sociales.

Cuando el debate de ideas giraba alrededor de un ágil y mordaz común denominador: el contraste; ¿Qué nivel de contacto tiene con el pueblo el presidente de la nación, los congresistas, ministros y la fiscal de la nación?; preguntó otro amigo; y continúa - esta pregunta tiene su matriz en el nocivo divorcio que existe entre el pueblo y los autoridades que toman decisiones que marcan el rumbo de la nación. Si estas autoridades estuvieran in situ muchas veces con el pueblo tendrían una mejor mirada sobre el presente y el futuro del país. Ningún habitante interrumpe el sueño de los ‘señores’ mencionados para suplicar el alivio de alguna emergencia; ningún niño logra fastidiarles por un pan; ninguna anciana les extiende su mano ayuda.


Tuesday, March 17, 2009

En el Putumayo: los pasos de la mujer indígena y rural.

La primera luz del alba y el canto madrugador de variados insectos, pajaritos, perdices y aves rapaces son los despertadores de los habitantes rurales del putumayo. Uso el término ‘rural’, en esta ocasión, para no incluir a las personas que viven en las capitales de distrito; donde la vida diaria tiene una versión distinta. Muchas perdices y otras especies gallináceas atractivas para la variada gastronomía rural son cazadas antes que salga el sol – el canto nítido de las aves permite su fácil ubicación por los cazadores - mientras que algunos jóvenes buscan a los desconocidos autores de los cantos estridentes entre las frondas bajas y follajes altos; según su conocimiento tradicional podrían ser grillos, cigarras, chinches, arañas y otros indefensos así como muy peligrosos animalillos que hasta podrían causar la muerte de personas con sus picaduras o mordeduras. No son muy ingenuos; a medida que los exploradores se aproximan declinan su cantos hasta convertirse en débiles e imperceptibles decibelios.
Junto a estas y otras cotidianas ocurrencias se mueve una mujer vestido con el esplendor de la sencillez; cuya mirada refleja una infinita fuente de frondosas virtudes que sostiene la sonrisa en el hogar y enseña mediante sus actos la magia de la selva; desde una mirada satisfecho de bondades. Habla pausado con su esposo sobre los quehaceres del día; distribuyen sus tareas en relación a sus legados tradicionales; instruyen y advierten a sus hijos sobre los peligros y misterios del bosque. El anciano y la anciana realizan sesiones medicinales en bien de los miembros de la familia y generan protección contra las enfermedades, animales salvajes y los malos espíritus. Así, los niños quedan en casa muchas horas durantes los días y aprovechan para esparcir sus albedríos con la permisión y tutela del lúdico bosque: visitan cercanos frutales; concurren y nadan en las abundantes aguas del río. Mientras empieza la puesta del sol retornan los niños sanos y salvos. Cuentan los ancianos del lugar que las personas sujetas a la práctica espiritual de protección no son atacadas por los animales salvajes y ante sus ojos hambrientos aparecen como pedazos de fuego.

La tranquilidad de la mujer indígena y rural tiene su origen en los prodigiosos bienes que ofrece el bosque. Es así, las mujeres que habitan bosques pobres en recursos naturales no son alegres y coexisten con la sombra del sufrimiento y la desesperación. Sabe que la esperanza de una buena alimentación para su familia no está asegurada.
Aquí en el putumayo, los pueblos secoyas habitan tierras con abundante diversidad biológica; incluido hidrocarburos (lote 117) que se encuentra ubicado dentro de la Zona Reservada Gueppi. Asimismo, las tierras ubicadas en el nacimiento de los ríos yaguas y algodón guardan valores que servirá de sustento de las futuras generaciones.

Mientras pasa el tiempo la mujer indígena y rural observa el camino que enseña el ‘yoco’ (Paullinia Yoco) y el ‘yagé’ (Banesteriosis Caapi) mediante la intervención del varón; plantas medicinales denominadas ‘savia del bosque’ que sostiene el principio y soporte espiritual, cultural de los pueblos indígenas que lo usan. Y usado como tónico por los pueblos indígenas secoyas.
La vida discurre en la selva guiada por una sabiduría que se complementa con el esfuerzo y los valores de la mujer y el varón; no existe desvinculación si no así aprendió de la naturaleza para conducirse en bien del prójimo. Así, las amenazas del mundo contemporáneo sobre sus bosques no exime la opinión de la mujer si no la exige a fin de confluir en un solo objetivo.

Wednesday, March 04, 2009

‘Museo de la Memoria’, historia y pueblo.

“El rechazo de Alan García a la donación alemana para la construcción del Museo de la Memoria no solo es la muestra de malos modales, si no una actitud frívola y cínica para las víctimas del terrorismo”. Salomón Lerner; (ex presidente CVR)

“Es lamentable que al gobierno le falte la voluntad de promover y cuidar la memoria, para que el pasado no se repita”. Francisco Soberón; (activista de derechos humanos)

“Preservar la memoria servirá para que no se repitan nuestros errores y para que, finalmente, todos podamos descansar en paz, con la satisfacción del deber cumplido”. Beatriz Merino (Defensora del Pueblo)



Las mentes educadas, las víctimas de la violencia política y la mayoría de los peruanos refutan la actitud de Alan García - Presidente del Perú – ante el rechazo de la oferta económica alemana para la construcción del Museo de la Memoria. Cuya iniciativa tiene origen en la visita al Perú de la ministra alemana Heidemarie Wiesczore K-Zeul (marzo 2008); durante el cual vio una exposición fotográfica sobre la barbarie ocasionada por la violencia política de la década del 1980 – 2000. Asimismo, tuvo acceso a informaciones inherentes proporcionados por los medios de comunicación.
La existencia de ‘museo memoria’ representa el nivel de cultura, tolerancia, respecto y valores cívicos de una nación en relación con su historia y los tiempos venideros. Así se ha elevado ante el mundo el ‘Museo Memoria y Tolerancia” en la Plaza Juárez en México; dedicado a traer a la remembranza el Holocausto, genocidios étnicos y religiosos; como la limpieza étnica en Bosnia, Croacia y Kosovo; el genocidio perpetrado por el imperio Otomano contra el pueblo armenio entre 1915 y 1923, entre otros. También, se han erigido el ‘Museo del Holocausto Yad Vashen en Jerusalén; el ‘Museo estadounidense Conmemorativo del Holocausto en Washington’; el ‘Memorial de Holocausto’ en Berlín.
La construcción y mantenimiento del ‘Museo de la Memoria’ del Perú que decidió financiar el gobierno de Alemania subsana la necesidad histórica del pueblo peruano. En ningún momento se ha mencionado evocar el pasado sombrío del país desde una sola mirada; pues, la ‘ampliación de oferta’ y la inclusión de ‘todas las perspectivas’ en una ‘memoria nacional’ que reclama el presidente del Perú es la imposición del prejuicio, de su sobrecargada conciencia y del curso de una impune complicidad. Entonces, el Museo de la Memoria del Perú tiene le preeminente labor de replicar los valores de ‘Yuyanapq’, el espíritu aleccionador del ‘Ojo que Llora’, las muestras de la esclavitud del periodo colonial y complementarse con el acervo que da cuenta de la masacre de 60, 000 indígenas cometidos por el cauchero Julio C. Arana en la década de 1890 – 1910 en la zona del Putumayo – Loreto – Perú. Este acontecimiento luctuoso contiene información diseminada (fotografías, testimonios, literatura, vestigios) en la selva peruana - colombiana y no pudo inmortalizarse mediante un ícono majestuoso por la negación de la clase política y económica que hoy se ha hecho evidente.

Aun así, el Museo de la Memoria del Perú ya empezó a construirse en el alma del pueblo. Y no se detendrá hasta convertirse en un monumento de infinita trascendencia cuyas luces guiará a la nación hacia el progreso esperado. No obstante, la historia, los sagrados evangelios y el pueblo se encargarán de juzgar cada acometimiento contra la vida del prójimo.
Para dar el primer paso, es de inevitable cumplimiento la censura y desaprobación del pueblo a la respuesta trivial del gobierno peruano ante el gesto democrático, civilizado y progresista del gobierno de Alemania.

Así se irá consumando una época marcada por el odio y las mentes contenciosas legados de un grupo de poder político y económico; que hoy rompió su macabro silencio. Y los pueblos andinos y pueblos autóctonos de la amazonía podrán salir de los azotes del olvido. Podrán conjuntamente con la nueva generación interpretar los desafíos de la unidad y el desarrollo.

Friday, February 27, 2009

Voces rurales y subyacentes del putumayo.

Los días pasados y los días por venir pasan constantemente por la memoria y la visión de los pobladores rurales del putumayo. El colectivo descifra sus recuerdos en los encuentros cotidianos del individuo con la realidad que ofrece el bosque y sus habitantes. El pescador tradicional sufre los impactos de la despoblación de peces en las vastas formaciones naturales de agua dulce; el cazador percibe una notoria jornada de soledad de las frondas; el sembrador colisiona con inmediatas tierras concesionadas y con reducidas tierras naturalmente destinadas a producir alimentos; el forastero no encuentra la hospitalidad de ayer; el reino de los valores tradicionales y los mitos padecen en el hervor del raciocinio antagónico, consumista y neoconservadora.
Los pobladores rurales del putumayo desprenden mayor esfuerzo y tiempo en la búsqueda del alimento familiar diario. Mientras la insatisfacción de otras necesidades básicas inhibe la dinámica alegre del poblador de este lugar. Es así, que las ‘bondades económicas’ del país constituye una triste resonancia; pero, la ‘crisis externa’ significa un elevado costo de vida y un retroceso del curso del desarrollo humano. La unidad de los productos manufacturados de mayor demanda rural supera excesivamente el valor de la unidad salarial y de los productos agropecuarios; dando lugar a la especulación y acaparamiento que ávidos comerciantes practican en agravio del prójimo.

Muchas familias habitan territorios heredadas de sus antepasados que al pasar el tiempo se han denominado comunidades nativas y campesinas. El status jurídico de estas comunidades reconoce algunos derechos de tipo socio – cultural y despoja derechos económicos, decisiones y autonomías vinculado al territorio. Estas limitaciones son generadoras de serios conflictos de intereses entre las comunidades, empresarios y estado; consiguientemente, la informalidad ha montado su emporio dejando graves impactos sobre el bosque y sus habitantes. Asimismo, los pobladores autóctonos median actividades comerciales con la informalidad a fin de hacer frente la difícil situación de oportunidades y alternativas. Estas prácticas, propias de un escenario nacional sin liderazgo en materia de zona de frontera, conducen inevitablemente al aumento de la escasez de alimentos y otros bienes.

La ida y vuelta de desprendimientos, esperanzas, desafíos, entuertos y sueños confluyen en las fuentes de los salmos, poemas, canciones, ritos y folklore. Confesiones de la fe cristiana alegran las almas y sacuden la conciencia de los pueblos en relación al cumplimiento de la tabla de los ‘diez mandamientos’. Poemas y canciones en homenaje a la selva se refleja en la locomoción diaria: viajes en canoa que atraviesa el umbral del alba y manos labriegas siembran verduras del mañana. Fibras resistentes de palmera retorcidas por mujeres dan vida a pintorescas y valiosas artesanías. Niños y ancianos construyen su historia sobre voces vernaculares; ellos sonríen y forman su imaginario con una fuerza capaz de irrumpir los componentes ‘modernos’ que devienen de afuera.

En cada comunidad hay siempre un momento de tertulias. En el interior de una maloca cálida y misteriosa llegan jóvenes, adultos y ancianos para tratar algunos temas que afecta la actualidad interna. Cada conclusión individual converge con los datos producidos por una eficiente observación: aumento de la población y presión sobre los recursos naturales, ocupación de las tierras ancestrales promovidas por los efectos de erradas decisiones del Estado peruano, expansión del mercantilismo dominante y la enseñanza de una cultura urbana centralista al estilo ‘la belle époque’ en Europa; lejos de nuestra realidad y condecente a la huida de toda autonomía e identidad propia. Cuya apreciación tiene mucha aproximación con la teoría malthusiana sobre la población y los medios de subsistencia; también, con los pensamientos del ‘amauta” en sus ‘siete ensayos’.
No están lejos en advertir que estamos entrando en la ruta de una nueva época que tendrá como matriz el punto de viraje de la base doctrinaria de la economía política del planeta y la apertura de un nuevo paradigma ideológico; quizá híbrido o muy propio. Habrá otras épocas con nuevos desafíos; por ahora, queda aún la hermosura de una creación que estrictamente fue diseñado para el encuentro de la paz en medio del tumulto.


Jorge Pérez R.
Estrecho - Putumayo