Sunday, October 22, 2023

“Nuestro territorio ancestral es nuestro supermercado”

Los pueblos indígenas sostienen en todo momento y con inamovible convicción de que el territorio ancestral es un supermercado, en paralelo con los centros comerciales de las urbes donde se puede acceder a una variedad de productos para la alimentación, medicina, materiales de construcción, materia prima, vestimenta, tintes, instrumentos, piezas de comunicación y otros. Esta coherente comparación nació de la necesidad de colocar una poderosa narrativa que logre detener la destrucción del bosque, la contaminación de las fuentes de agua dulce, la biodiversidad y la diversidad cultural. Es decir, es un singular ejemplo que busca crear conciencia en la población urbana donde viven los tomadores de decisión, que sin los bienes de consumo de alta prioridad en los anaqueles la vida seria también insostenible y la protesta social no tendría escrúpulos.  Líderes y lideresas indígenas del Perú son cada vez más recurrentes en su proclamación debido al crecimiento imparable de las decisiones políticas y las actividades subsiguientes que afectan directamente el bienestar y la esperanza de prolongar el buen vivir en más de un cuarto de millón de población indígena amazónica. Los incendios forestales, las altas temperaturas y lluvias torrenciales, seguía y descenso excesivo de los ríos, disminución del rendimiento de las cosechas y la interrupción del ciclo de reproducción de los peces y otras especies, son consecuencias recientes, visibles y continuas que desluce la lucha global contra el cambio climático.

Siguiendo con el paradigma del supermercado, no estaría completo solamente con mencionar la capacidad de suministro de bienes del bosque sino también la provisión de servicios ambientales como la generación natural de los ríos voladores –transportadores de agua en forma de vapor hacia vastos lugares de Sudamérica– y el secuestro y almacenamiento de carbono. Esta última aptitud es la piedra de toque de la arquitectura destinada a fijar el calentamiento global en menos de 2°C. El territorio ancestral de los pueblos indígenas ha cumplido esta función durante miles de años y continúa siendo generoso en estos tiempos de crisis climática. Paradójicamente el financiamiento climático no permeó siquiera para combatir la deforestación encaminada y el asesinato de líderes indígenas defensores, fortalecer la gobernanza propia y defender la vulneración de los derechos colectivos y fundamentales. "Son las comunidades que menos han contribuido a causar la crisis las que ahora están en la primera línea de los peores impactos", afirmó Harjeet Singh, jefe de estrategia de Climate Action Netword Internacional, en la COP27 de Egipto.

El territorio ancestral preexistente a la conformación del Estado no solamente es el supermercado proveedor de bienes y servicios tal como está concebido en esta nota. Es fundamentalmente depositaria de los conocimientos tradicionales que se mantienen vivos en los árboles, en las cascadas, en el abuelo viento, en el yaguar, en las boas gigantes, en los aromas, en la belleza de las aves, en los sitios y plantas sagradas, en el canto de los tucanes, en el sol, las estrellas, en la luna, en el trueno, en las entrañas de la tierra, en la tierra fértil, en los códigos oral del buen vivir, en la palabra de los sabios y en la memoria colectiva. No hubiera “amazonia viva” a estas alturas de la civilización universal sin la práctica, protección y reproducción de estos saberes. Tampoco hubo tantos muertos por la pandemia en la casa grande.

La muralla que protege el milenario territorio está siendo agujereado por las políticas económicas de los gobiernos y por las actividades ilegales no combatidas frontalmente por la fuerza pública. La contramedida adoptada últimamente por los pueblos indígenas es escalar en la protección a través de la declaración de los gobiernos territoriales autónomos, en virtud del derecho de libre determinación. Entonces, podremos defender juntos y de manera formidable el territorio vivo de los pueblos indígenas y del mundo.

Thursday, April 27, 2023

En aumento: intención descubierta y encubierta de acabar con la protección indígena del bosque.

No será posible acabar con la protección indígena del bosque amazónico sin matar o sobornar a sus dirigentes. Esta sentencia contextual y macabra es muy bien conocido y aplicado por las organizaciones formales, también por el crimen organizado de los rubros de la explotación de los recursos naturales y tenencia de tierra. El tiempo así lo ha demostrado desde la época del caucho (1885 – 1915) hasta la vigente y descontrolada proliferación de la demanda de los productos maderables, minería aluvial, monocultivos y cultivos ilícitos. En 30 años que duró el auge de la goma de shiringa murieron más de 60 mil indígenas y en los últimos 10 años fueron asesinados 25 lideres defensores del territorio ancestral (08 de Ucayali, 06 de Junín, 01 de San Martin, 02 de Madre de Dios, 01 Loreto, 04 de Huánuco, 01 de Amazonas, 02 de Pasco. Fuente: SAAT/CIPTA/AIDESEP).

Luz Mery Añez, lideresa Yine de la comunidad Nueva Oceanía, ubicado en la zona alta del río Tahuamanu en Madre de Dios, narró de un hecho siniestro sucedido en este lugar. Entonces, los habitantes de esta comunidad habían viajado aguas abajo para celebrar el aniversario del Distrito el 7 de junio del año 2012. Discurría en paz los días deshabitado en la comunidad hasta que fue socavado por el incendio de 18 viviendas, la totalidad de los hogares y pertenencias de los humildes pobladores indígenas fueron convertido en ceniza. Nunca podría haber sido un hecho natural, las casas estaban separadas entre 30 metros y hasta más, no había ninguna posibilidad de que el fuego se expanda de un inmueble a otro.  No muy tarde se dio con la verdad. La empresa maderera Canales Tahuamanu – Catahua SAC habría urdido el desalmado y miserable percance. En consecuencia, el objetivo de escarmentar y arrodillar a la comunidad frente a la disputa de posesión ancestral del vasto territorio ha sido un fiasco. La concesión forestal de la empresa es reciente y se superpone al territorio originario del pueblo Yine y de los Mashco Piro, este último está todavía en situación de aislamiento voluntario. Si la razón y la verdad está de lado de Oceanía no es suficiente para que puedan vivir tranquilos, esta concesionaria seguirá lanzando dardos incendiarios, amenazando de muerte a sus líderes y acosándolos legalmente, hasta lograr eliminar este parapeto humano que impide el ingreso a los ricos territorios que habitan los Mashco Piro, aguas arriba del Tahuamanu.

El espíritu criminal y maquiavélico de Catahua SAC es análoga a las de otras firmas que utilizan el poder económico para salir libre de fundamentadas incriminaciones. Corrompen autoridades, dirigentes gremiales, líderes de opinión para allanar el terreno del saqueo, para legislar y sentenciar a favor de intereses que muchas veces causan la muerte y ponen en serio peligro la vida humana, la biodiversidad, la fuente de agua limpia y eleva la temperatura de los conflictos sociales.

Oceanía es un uno de los tantos casos que pone de manifiesto la intención descubierta y encubierta de acabar con la protección indígena del bosque. Sin embargo, los pueblos indígenas amazónicos no están dispuestos a ceder ante el dolor y la muerte sino robustecer el control del territorio proveedora de vida, cultura propia  y bienestar sostenible para nosotros y el mundo.