Thursday, October 28, 2010

Nuevos tiempos,
Nuevas ideas, nuevas oportunidades
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Se hace esplendoroso el renuevo de una generación de indígenas que ayer tomaron la decisión de redireccionar los objetivos sociales, económicos, culturales y políticos del Estado y de las corporaciones económicas; cuya intervención en los territorios ancestrales, en el último siglo, dejó y continua dejando graves impactos contra las principales fuente de vida de los pueblos originarios: el agua, la floresta y la cultura autóctona. Pues, esta emergente generación estuvo a punto de sucumbir por causa de la feroz contaminación petrolera; allá en los ríos corrientes, marañon y tigre. En el río putumayo, la asfixiante y oscura memoria sobre el atropello y muerte de miles de indígenas, perpetrados por el régimen del caucho, ha generado un estigma viviente de desprecio, olvido, humillación y discriminación. Estos acontecimientos cuestionables, desde toda facultad humana, constituye un aguijón histórico que dio lugar a la construcción de proyectos reivindicativos orientados a la recuperación y ejercicio pleno de los derechos inherentes a toda persona humana. Siendo testigos fieles de una realidad nacional marcada por la desigualdad y el menosprecio hacia los Pueblos Indígenas; siguieron el camino estricto de la formación académica y la búsqueda del conocimiento diverso que permita la interpretación del mundo desde una visión holística, humanista, autóctono y eminentemente democrática. En este proceso de formación profesional y de relacionamiento con la ciencia y tecnología moderna se encontraron con muchas dificultades propias de la oferta educativa superior creados para una minoría social sujetos de las bondades del régimen urbano. El intento de inclusión de la mayoría social indígena en los pliegos estructurales de la Universidad Nacional de la Amazonía Peruana (UNAP) sacudió sus viejas tabiquerías donde duermen los principios ortodoxos que contraviene el escenario pluricultural del Perú. Estos esquemas refractarios han colisionado con la expectativa de los jóvenes indígenas; en efecto, abortó la vía del diálogo y es cuando se dieron las primeras medidas de fuerza (2006) en contra de una educación superior homogeneizada y esquiva

Entonces, AIDESEP, está logrando conducir exitosamente el Programa de Formación de Maestros Bilingües (FORMABIAP) durante 20 años consecutivos, aproximadamente; y un programa de becas para estudios de otras carreras profesionales que duró poco tiempo (1990). Actualmente, hay profesionales indígenas en ejercicio y más de 50 jóvenes estudiando en la Universidad Nacional de la Amazonía Peruana y otras universidades mediante el autosostenimiento y la contribución solidaria de organizaciones sociales como la Red Ambiental de Loreto, Proyecto Putumayo, ORPIO, FECONACO, AIDESEP y otros. Estos esfuerzos lograron conformar una fase que ha superado el meridiano de los proyectos (individuales y corporativos) que tienen objetivos claros respecto a la planificación, organización y conducción de nuestros propios destinos. Entonces, las acciones de los dirigentes y líderes indígenas de hoy están siendo fortalecidos por la extraordinaria y eficiente participación de esta nueva generación de liderazgos claros.
Algunos jóvenes indígenas lograron cargos públicos de alcaldes distritales y consejeros mediante voto popular en el marco de las últimas elecciones municipales y regionales 2010. Otros, están direccionando proyectos y convenios que involucra a las comunidades indígenas. Así, podemos destacar la importante labor de Petronila Chumpi, Rubén Medina, Henderson Rengifo, Wagner Musoline. De acuerdo a la tradición ética defenderán los principios de transparencia y concertación social; a fin de lograr una verdadera gobernabilidad democrática e incluyente; y elevar la cultura institucional.

El mundo dinámico y progresista atañe a los Pueblos Indígenas desde el punto de vista antropológico y epistemológico. Los jóvenes indígenas académicos con alto grado de identidad cultural están creciendo a partir de los conocimientos sociales, científicos y tecnológicos. Que han evolucionado desde la configuración de la cosmovisión cristiana del medioevo que dilucida la ‘Divina Comedia’ hasta el reencuentro con la cosmovisión del indígena amazónico sobre la explicación del universo contenido en el ‘Ojo Verde’. Desde la apreciación dogmática de la astronomía hasta la revolución de Copérnico. Desde la mirada folclórica de la cultura indígena hasta una valoración del conocimiento provechosa al campo de la medicina, arte y filosofía ética. Desde una economía capitalista que plantea ´La Riqueza de la Naciones´ hasta el modelo social de Yunus. En fin, hay muchos referentes que dan cuenta del movimiento continuo de las disciplinas y sucesos. Pues, las alternancias e innovaciones necesarias corresponden a individuos y organizaciones indígenas que perseveran en la búsqueda del bienestar común; como consecuencia de haber logrado la unidad, la convergencia ideológica, el sentido crítico consecuente y la ‘búsqueda del conocimiento’.

Friday, October 15, 2010

ARISTAS DE UN “MEMORIAL”

Por: Jorge Pérez Rubio (Soplín Vargas – Perú)

Los hermanos indígenas Secoyas y Kichwas del alto putumayo expresaron, conjunta y públicamente, su sinceramiento sobre el cultivo de coca con ocurrencia en algunas comunidades indígenas de la zona; mediante un documento denominado “MEMORIAL Nº 001-2010-CNNE” que ha sido elaborado en el VI Congreso Ordinario de la Federación Indígena Kichwa del Alto Putumayo – Intiruna (FIKAPIR) y durante el VIII Congreso de la Organización Secoya del Perú (OISPE) realizado en la tercera semana del mes de setiembre del año 2010; respectivamente. Los autores de este controvertido “MEMORIAL” son los líderes, caciques y delegados de dos pueblos indígenas con frondosa reputación ancestral. Una vez consensuado y suscrito orgánicamente ha sido enviado al comando de la Marina de Guerra del Perú con sede en la comunidad de Tres Fronteras – Gueppi.
Antes de transcribir en forma resumida el texto de los párrafos más importantes del documento multiétnico, en alusión, es muy importante mencionar la reciente construcción de dos imponentes infraestructuras de la Marina de Guerra del Perú en la comunidad de Tres Fronteras - Güeppi y en la localidad de El Estrecho. Ambas bases militares levantadas en la rivera del rio putumayo frontera con Colombia responde a los planes geopolíticos USA en Latinoamérica orientados a controlar y monitorear el avance de sus intereses económicos (tratados de libre comercios y megas proyectos de la IIRSA) y militares (supervisar la conexión entre el norte y sur del continente mediante un sistema global de radares); así como, salvaguardar la seguridad de Norteamérica amenazadas por el narcotráfico y el terrorismo de acuerdo las directivas de la Alianza para la Seguridad y Prosperidad del América del Norte (ASPAN). Todos estamos informados de cómo se viene llevando acabo el ordenamiento y distribución de nuestros territorios potencialmente ricos desde una visión política-económica supranacional.
Contiene ocho párrafos, el MEMORIAL, que resumidamente expresa los siguientes argumentos y demandas:
Párrafo 3. “…sabemos que nuestra Marina de Guerra del Perú tiene un Plan para la erradicación de cultivos de coca. Estamos de acuerdo con la acción que llevarán acabo. Pero, es injusta la ausencia del Estado que no dio lugar a una solución alternativa al cultivo ilícito que venimos realizando”.
Párrafo 4. “Señor, por otro lado queremos también manifestarle que nosotros no estamos en contra de este tipo de acción (erradicación); por que somos conscientes que algunas comunidades sí trabajan o cultivan la coca; mas no lo procesan como en cualquier otro lugar”
Párrafo 5. “Queremos mencionar que las comunidades cultivan la hoja de coca para solventar sus necesidades básicas de su hogar… si tuviéramos por lo menos algún proyecto alternativo al trabajo ilícito que tenemos, quizá no estuviéramos obligados a realizar este tipo de trabajo”.
Párrafo 7. “Señor, por lo anterior mencionado, pedimos una pronta reunión de consulta con todas las comunidades involucradas. Para buscar alternativas de solución al trabajo ilícito que realizamos; considerando que somos ciudadanos con derechos y deberes”.
Los párrafos reproducidos, fidedignamente, me conllevan a formular la siguiente apreciación:
- La honestidad y sinceramiento de los indígenas evidencia el cultivo de coca en “algunas comunidades”; ante la preponderante necesidad de sobrevivir en un medio adverso a las oportunidades de trabajo digno y ante la intolerable urgencia de atención a las necesidades básicas de toda persona humana.
- El trámite del documento contiene argumentos implícitos como la solicitud de atención del gobierno peruano a los problemas estructurales que afecta la calidad de vida de los peruanos en zona de frontera. Y la predisposición manifiesta para lograr una alternancia de “trabajo”; en virtud del espíritu de paz, cooperación y desarrollo sostenible esperado.
- El cultivo de coca en territorios indígenas es alentado por capitales provenientes de colombianos. Es recomendable dislocar los eslabones que penden de un hilo por su naturaleza misma; a partir, de la presencia in situ de una comisión multisectorial y personalidades conocedores del mundo intercultural.

No hay visiones encontradas sobre el tema en cuestión por tratarse de un escenario social que necesita ser atendido adecuadamente por el Estado. Las ventajas comparativas de la zona se refieren a la diversidad biológica y cultural como base de bienestar de los pueblos amerindios del alto putumayo. No quepa incriminaciones legales sino soluciones saludables. Aquí no hay narcotráfico ni terrorismo sino cultivos sustitutos que para nuestro marco legal puede constituir algún delito con dignas salvedades.

Saturday, October 09, 2010

Los virajes del poblador rural del alto putumayo.

El individuo rural del Distrito de Tnte. Manuel Clavero, alto putumayo, Perú; organizados en comunidades indígenas y no indígenas sobrellevan la construcción de nuevos esquemas mentales; cuyos itinerarios hacia la búsqueda del bienestar común lograron bifurcarse hacia destinos de un modelo extractivista-comercial que responde al crecimiento de la población indígena y a otros factores internos y externos. Estos cambios relativos y en permanente progreso implican un salto hacia satisfacción de las necesidades plenas y una forma distinta de reexpresar la identidad cultural tradicional. Pues, el bosque está siendo mirado con otro cristal.
Actualmente, el indígena ayuda a conservar la diversidad biológica, cada vez, con menor pleitesía y fervor. La concepción tradicional bosque – comercio está siendo sacudido por una alternancia regularmente mercantilista. Quedando atrás las ‘actividades de subsistencia’ y las expresiones folclóricas tienden hacia la sutileza de las formas. La emergente racionalidad indígena no cuestiona las oportunidades de bienestar devenidos de la esfera globalizante. El tema de la educación superior, el acceso a la información mediante internet y TV, el mejoramiento de viviendas, la energía eléctrica, la adquisición de medios de transportes fluviales motorizados, la pequeña industria y el comercio, el consumo de alimentos manufacturados y el acceso a las medicinas básicas; constituyen las líneas de acción y las bases del esfuerzo cotidiano del indígena Secoya, Kichwa y Huitoto. Entonces, se ha incrementado la presión sobre el bosque; pues, siendo esta floresta la principal fuente de subsistencia es, también, la única fuente proveedora de bienes necesarios para la generación de ingresos económicos capaces de subvencionar las demandas individuales encaminadas.
La vida socio-económica del indígena de este lugar cuya ética representativa basada en una legendaria prueba conservadora habría sufrido algún viraje hacia la práctica mercantilista. Las posibles causas podrían ser: 1. El establecimiento de la Zona Reservada Güeppi y su prolongada falta de categorización; 2. El Estado peruano no ha desarrollado proyectos sostenibles que desciendan la presión sobre los recursos naturales; 3. Las organizaciones indígenas no trabajan sobre temas referidos a la seguridad alimentaria. 4. El engrandecimiento de la dinámica del mercado colombiano. 5. La falta de empleo que demanda la nueva generación indígena.
El establecimiento de la Zona Reservada Güeppi (1997) se ha desempeñado como un efectivo corredor biológico que amortiguó la abrupta intervención antrópica del bosque. La sobreexplotación de los recursos naturales a lo largo de un siglo ha reducido severamente las poblaciones de flora referido a los especies como el palo de rosa (Aniba resaeodora), cedro (Cedrela odorata) y shiringa (Hevea brasiliensis); así como de las especies pesqueras como el paiche (Arapaima gigas), gamitana (Colossoma macropomun) y el paco (Piaractus brachypomus). Y su falta de categorización definitiva de la Zona Reservada concedió al indígena el rol de guardaparque voluntario y, en liberalidad, controla y comercializa los recursos naturales según la oferta y demanda del mercado colombiano; pues, en su calidad de buen proveedor y mejor cliente negocian especies maderables como el ‘azúcar huayo’, ‘granadillo’ y ‘capirona; así como la comercialización de alevines de arahuana, carne de monte y pescado (paiche y sábalo) es muy preponderante.
Las organizaciones indígenas se refieren a temas estructurales que involucra la vida del colectivo humano. Por ejemplo; La Organización Indígena Secoya del Perú (OISPE) y Federación Indígena Kichwa Alto Putumayo Inti Runa (FIKAPIR) están fortalecidas en torno al rechazo de la actividad petrolera que promueve el Estado a través de PETROBRAS (lote 117); que comprende un vasto territorio que acoge los principales manantiales de agua dulce, cabeceras de los afluentes, tributarios y quebradas; cuya prodigalidad, es la base del esplendor de la vida humana y ecológica de esta parte del hemisferio. Las ONG´s y el Estado promueven el desarrollo de capacidades, iniciativas de manejo de especies faunísticas e infraestructuras sociales a nivel general. Mientras tanto, las preocupaciones diarias del poblador rural en relación con la dinámica del mundo contemporáneo, es asistida por si misma.
La reflexión de la juventud indígena sobre la actividad petrolera en la Zona difiere relativamente con el pensamiento de los dirigentes y líderes tradicionales. Pues, el germen economicista está creciendo en el fértil terreno de las preocupaciones generadas por la falta de empleo; que hostiga permanentemente la expectativa de realización humana de la nueva generación. Algunos jóvenes se han enrolado al ejército peruano, otros, ayudan al narcotráfico colombiano; una minoría cursan estudios técnicos superiores en El Estrecho y Iquitos; la mayoría están en casa.
La extracción y comercialización progresiva de los recursos naturales de la Zona no representa, a mi juicio, ninguna amenaza ecológica ni cultural. Pues, constituye una transición relativa del modo de producción y de las relaciones sociales ancestrales hacia el intercambio justo de bienes y servicios; desde una relación basado en una irrisoria subordinación hacia un estatus comercial con conocimiento de los elementos básicos del mercado; desde la situación de ‘uso con fines de subsistencia’ hacia la búsqueda de una supervivencia razonable. Consiguientemente, la canasta familiar diaria se hace diversa, segura y nutritiva; adquieren medicinas y acceden a útiles escolares. Además, se empieza a declinar los viejos estereotipos creados por las sociedades de élite sobre los indígenas; dejando atrás los conceptos de ocio y parsimonia. Este contexto auspicia parafrasear: “Una multitud de caravanas atravesaban los caminos del imperio romano llevando y trayendo mercaderías hacia los puertos para, desde allí, atravesar los mares en temporada, o a las grandes ciudades para proveerlos de lo necesario”. El flujo y reflujo de bienes y servicios es un acontecimiento histórico que se sustenta en la vida socio – económica del ser humano. Entonces, es muy importante la implementación de iniciativas y esfuerzos corporativos que ayuden a organizar la actividad comercial en la Zona; a fin de establecer una exitosa cadena productiva de acuerdo a los estándares de conservación de la diversidad biológica.
La mayoría de los indígenas Secoyas y Huitotos profesan la fe cristiana protestante. Las constantes enseñanzas provenientes de los santos evangelios hicieron posible la complementariedad de una base moral que rige la vida de los niños, jóvenes y adultos. El ‘pastor’ indígena lleva acabo la ‘celebración de la palabra de Dios’ en su idioma vernacular. El fervor religioso y la fe hicieron posible algunos milagros sobre la salud y el bienestar de varias familias; en efecto, muchos ‘chamanes’ dejaron de practicar sus conocimientos tradicionales sobre el curanderismo, según sus propias versiones, traían consigo severas aflicciones y problemas familiares. Mi amigo Seferino de Yaricaya me contaba que en una noche de pesca fue acechado por una gran boa; pero, su invocación a Dios ha sido suficiente para salvar su vida. Así, muchas viviendas cedieron el marco mas visible de sus paredes para ilustrar el hermoso Salmo 91 “Morando bajo la sombra del omnipotente”.
Finalmente;
Llegué a la comunidad mestiza de ‘Puerto Libertad’, en un mediodía. Después de reciprocar la inmensa hospitalidad de los dueños de casa y tratar temas de interés; me invitó a comer. La vistosidad, performance y la exquisitez del plato correspondía a la culinaria de algún restaurant urbano. Esta comida fue preparada con los insumos producidos en esta finca, dijo la dueña de casa. No tardé en expresar mi gratitud y felicitaciones por haber logrado superar la supervivencia; pues, el plato contenía carne de pollo, verduras y leguminosas frescas, arroz blanco y leche fresca. En ese momento daban la noticia, por TV cable, sobre la muerte de ‘mono jojoy’ uno de los cabecillas de la FARC. Tengo hijos estudiando la universidad en Colombia, dijo el dueño de casa; con humilde temor.