Sunday, July 02, 2017

Las contradicciones dolorosas del Estado



El enfoque moderno de la comunidad internacional, sin duda alguna, sobre la conservación sostenible de la diversidad biológica en la amazonía no es posible sin el respeto de los derechos colectivos y de los valores culturales de los pueblos indígenas que coexisten con el bosque – decenas de millones de años– en una dualidad histórica, abundante y dinámica. La tesis ha sido comprobada por la comunidad académica y científica en el esfuerzo común de salvar el futuro climático de la tierra.

El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), plataforma científica de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC),  reconoce la eficacia de los conocimientos de los pueblos indígenas y el ejercicio de la visión holística para arrostrar el cambio climático a través de la práctica de la horticultura tradicional rotativa – sustentable desde la mirada alimentaria y ecológica–, saneamiento físico legal del territorio ancestral y la valoración adecuada de los beneficios más allá del carbono, tal como como lo plantea AIDESEP en la propuesta REDD Indígena Amazónico (RIA).

El Acuerdo de Paris (2015), en el artículo 7,  respecto de la adaptación al cambio climático, afirma la necesidad de un enfoque participativo, transparente, con perspectiva de género, basado en la ciencia y en los conocimientos tradicionales de los pueblos indígenas y sistemas de conocimiento locales. En relación a estos procesos globales el Perú se ha comprometido a reducir hasta el 30% de emisiones de gases de efecto de invernadero (GEI) al 2030. En consecuencia se están desarrollando proyectos destinados a cumplir la meta en la amazonía peruana.

Los párrafos anteriores dan cuenta de la relación y evolución de los compromisos de los Estados de llevar adelante una agenda muy bien diseñada para retornar al seno de un clima habitable, mediante la convivencia respetuosa –académica, tecnológica, espiritual y política– con el bosque que constituye el único y frágil hogar de los pueblos indígenas.  

Frente a este paradigma global de respeto de derechos, desprendimiento de capacidades y búsqueda de sinergia para cumplir la meta de Paris es inconcebible que en el Perú los pueblos indígenas amazónicos tengan que sufrir los golpes de una prolongada indiferencia y actitud irrespetuosa del Estado: compromisos incumplidos de remediación de los territorios contaminados por la actividad petrolera en la zona del Tigre, Corrientes, Chambira y Marañón profundiza cada día más la situación de extrema pobreza en las cuencas,  debido a la ausencia de agua limpia para el consumo y escasez de alimentos proveídos por los ríos, cochas y quebradas. La entrega de concesiones forestales, petroleras y otros derechos privados sobre territorios ancestrales en menoscabo del usufructo de sobrevivencia de los pueblos indígenas y de los que viven en situación de aislamiento voluntario. 

Recientemente, el proceso de consulta de categorización de la Zona Reservada Yaguas ha puesto al descubierto los hilos que mueven las extremidades del Sernanp (Organismo dependiente del Ministerio del Ambiente del Perú). Actuando como marioneta y en complicidad con otros mecenas del conservacionismo internacional fundamentalista –cuya ideología concibe a la persona humana como un medio para lograr la protección prioritaria de los bosques y las especies– han logrado adoptar acuerdos para el establecimiento de un Parque Nacional sobre el territorio ancestral de los pueblos indígenas Yagua, Huitoto, Bora y Ocaina que viven en la frontera con Colombia. Durante el proceso de consulta una mujer indígena había manifestado –no sabía que delataría la viveza criolla y demagogia encaminada– al auditorio que el Sernanp y la  ONG que lo auspicia en el terreno habían ofrecido puestos de trabajo y electrificación de comunidades involucrados en el proceso a cambio de apoyo de la propuesta de Parque Nacional. En consecuencia, cuatro comunidades que hacen uso directo del territorio ancestral plantearon una contrapropuesta para la creación de una Reserva Comunal parcial con el objetivo de participar en la conservación de la diversidad biológica y cultural y acabar con las actividades ilícitas de la zona.

Indudablemente, la tragedia de la Galería Nicolini que acabó con la vida de dos personas pobres del Perú es el reflejo fiel de la conducta diaria del Estado, de los políticos y de los gobiernos que se suceden sin tomar en cuenta los derechos de los más vulnerables.