Thursday, March 19, 2009

Historia de un contraste.

En la localidad de Estrecho, en un lugar junto al río putumayo se llevó acabo una improvisada tertulia de fin de semana entre el afecto de los vientos suaves y las resonancias melodiosos del mediodía urbano. Nuestras mentes coincidieron en el tratamiento de un tema referido a una notable y desigual diferencia existente entre los tripulantes del Buque de la Armada Peruana ‘Loreto’ y la mayoría de los habitantes del distrito del putumayo. Es muy conmovedor ver muchos casos de personas que necesitan asistencia médica oportuna en casi todas las comunidades ribereñas del putumayo – decía un oficial del buque – y continuó - encontramos un niño que padecía desnutrición aguda causado por enfermedades gastrointestinales y otra persona convulsionaba a efectos de una fiebre muy alta; el médico del barco actuó de inmediato y salvaron la vida de las personas. Mientras que el Buque Hospital Morona se prepara, en Iquitos, para brindar asistencia médica gratuita en esta línea de frontera, dijo.
Entendí que fue una labor excepcional teniendo en cuenta la misión de un buque de guerra en una zona que colinda con la violencia política de la república de Colombia.
El misericordioso oficial narró cada uno de los conmovedores sucesos con mucha intranquilidad; como si tuviera algún peso de conciencia y reflejaba en sus ojos el deseo de su revelación. Un amigo que estuvo en la reunión dijo que la evolución de la sociedad y de la historia dio lugar a las grandes desigualdades que hoy conmina al mundo; por ejemplo, en nombre de Dios se han librado sangrientas batallas religiosas que permitió la acumulación de riquezas que se han capitalizado en el sistema financiero internacional que hoy sustenta a las iglesias y a su estructura jerárquica (islamismo, judaísmo, cristianismo romano, cristianismo ortodoxo, cristianismo protestante); mientras evangelizan a un pueblo cada día mas empobrecido. El oficial interrumpe la secuencia coloquial y reconoce que existe una desacertada interpretación del hombre por el hombre y se somete a un juicio común al mencionar que la vida que lleva en el buque tiene una relación contigua con la vida de los religiosos y una relación contrapuesta con los pobres. Mientras uno se prepara para la guerra y para garantizar el respeto de la soberanía nacional, el otro, se prepara para llegar al reino de los cielos y para garantizar el respeto de una ‘doctrina’. Mientras los dos tienen paz, el pueblo combate contra las adversidades sociales.

Cuando el debate de ideas giraba alrededor de un ágil y mordaz común denominador: el contraste; ¿Qué nivel de contacto tiene con el pueblo el presidente de la nación, los congresistas, ministros y la fiscal de la nación?; preguntó otro amigo; y continúa - esta pregunta tiene su matriz en el nocivo divorcio que existe entre el pueblo y los autoridades que toman decisiones que marcan el rumbo de la nación. Si estas autoridades estuvieran in situ muchas veces con el pueblo tendrían una mejor mirada sobre el presente y el futuro del país. Ningún habitante interrumpe el sueño de los ‘señores’ mencionados para suplicar el alivio de alguna emergencia; ningún niño logra fastidiarles por un pan; ninguna anciana les extiende su mano ayuda.


Tuesday, March 17, 2009

En el Putumayo: los pasos de la mujer indígena y rural.

La primera luz del alba y el canto madrugador de variados insectos, pajaritos, perdices y aves rapaces son los despertadores de los habitantes rurales del putumayo. Uso el término ‘rural’, en esta ocasión, para no incluir a las personas que viven en las capitales de distrito; donde la vida diaria tiene una versión distinta. Muchas perdices y otras especies gallináceas atractivas para la variada gastronomía rural son cazadas antes que salga el sol – el canto nítido de las aves permite su fácil ubicación por los cazadores - mientras que algunos jóvenes buscan a los desconocidos autores de los cantos estridentes entre las frondas bajas y follajes altos; según su conocimiento tradicional podrían ser grillos, cigarras, chinches, arañas y otros indefensos así como muy peligrosos animalillos que hasta podrían causar la muerte de personas con sus picaduras o mordeduras. No son muy ingenuos; a medida que los exploradores se aproximan declinan su cantos hasta convertirse en débiles e imperceptibles decibelios.
Junto a estas y otras cotidianas ocurrencias se mueve una mujer vestido con el esplendor de la sencillez; cuya mirada refleja una infinita fuente de frondosas virtudes que sostiene la sonrisa en el hogar y enseña mediante sus actos la magia de la selva; desde una mirada satisfecho de bondades. Habla pausado con su esposo sobre los quehaceres del día; distribuyen sus tareas en relación a sus legados tradicionales; instruyen y advierten a sus hijos sobre los peligros y misterios del bosque. El anciano y la anciana realizan sesiones medicinales en bien de los miembros de la familia y generan protección contra las enfermedades, animales salvajes y los malos espíritus. Así, los niños quedan en casa muchas horas durantes los días y aprovechan para esparcir sus albedríos con la permisión y tutela del lúdico bosque: visitan cercanos frutales; concurren y nadan en las abundantes aguas del río. Mientras empieza la puesta del sol retornan los niños sanos y salvos. Cuentan los ancianos del lugar que las personas sujetas a la práctica espiritual de protección no son atacadas por los animales salvajes y ante sus ojos hambrientos aparecen como pedazos de fuego.

La tranquilidad de la mujer indígena y rural tiene su origen en los prodigiosos bienes que ofrece el bosque. Es así, las mujeres que habitan bosques pobres en recursos naturales no son alegres y coexisten con la sombra del sufrimiento y la desesperación. Sabe que la esperanza de una buena alimentación para su familia no está asegurada.
Aquí en el putumayo, los pueblos secoyas habitan tierras con abundante diversidad biológica; incluido hidrocarburos (lote 117) que se encuentra ubicado dentro de la Zona Reservada Gueppi. Asimismo, las tierras ubicadas en el nacimiento de los ríos yaguas y algodón guardan valores que servirá de sustento de las futuras generaciones.

Mientras pasa el tiempo la mujer indígena y rural observa el camino que enseña el ‘yoco’ (Paullinia Yoco) y el ‘yagé’ (Banesteriosis Caapi) mediante la intervención del varón; plantas medicinales denominadas ‘savia del bosque’ que sostiene el principio y soporte espiritual, cultural de los pueblos indígenas que lo usan. Y usado como tónico por los pueblos indígenas secoyas.
La vida discurre en la selva guiada por una sabiduría que se complementa con el esfuerzo y los valores de la mujer y el varón; no existe desvinculación si no así aprendió de la naturaleza para conducirse en bien del prójimo. Así, las amenazas del mundo contemporáneo sobre sus bosques no exime la opinión de la mujer si no la exige a fin de confluir en un solo objetivo.

Wednesday, March 04, 2009

‘Museo de la Memoria’, historia y pueblo.

“El rechazo de Alan García a la donación alemana para la construcción del Museo de la Memoria no solo es la muestra de malos modales, si no una actitud frívola y cínica para las víctimas del terrorismo”. Salomón Lerner; (ex presidente CVR)

“Es lamentable que al gobierno le falte la voluntad de promover y cuidar la memoria, para que el pasado no se repita”. Francisco Soberón; (activista de derechos humanos)

“Preservar la memoria servirá para que no se repitan nuestros errores y para que, finalmente, todos podamos descansar en paz, con la satisfacción del deber cumplido”. Beatriz Merino (Defensora del Pueblo)



Las mentes educadas, las víctimas de la violencia política y la mayoría de los peruanos refutan la actitud de Alan García - Presidente del Perú – ante el rechazo de la oferta económica alemana para la construcción del Museo de la Memoria. Cuya iniciativa tiene origen en la visita al Perú de la ministra alemana Heidemarie Wiesczore K-Zeul (marzo 2008); durante el cual vio una exposición fotográfica sobre la barbarie ocasionada por la violencia política de la década del 1980 – 2000. Asimismo, tuvo acceso a informaciones inherentes proporcionados por los medios de comunicación.
La existencia de ‘museo memoria’ representa el nivel de cultura, tolerancia, respecto y valores cívicos de una nación en relación con su historia y los tiempos venideros. Así se ha elevado ante el mundo el ‘Museo Memoria y Tolerancia” en la Plaza Juárez en México; dedicado a traer a la remembranza el Holocausto, genocidios étnicos y religiosos; como la limpieza étnica en Bosnia, Croacia y Kosovo; el genocidio perpetrado por el imperio Otomano contra el pueblo armenio entre 1915 y 1923, entre otros. También, se han erigido el ‘Museo del Holocausto Yad Vashen en Jerusalén; el ‘Museo estadounidense Conmemorativo del Holocausto en Washington’; el ‘Memorial de Holocausto’ en Berlín.
La construcción y mantenimiento del ‘Museo de la Memoria’ del Perú que decidió financiar el gobierno de Alemania subsana la necesidad histórica del pueblo peruano. En ningún momento se ha mencionado evocar el pasado sombrío del país desde una sola mirada; pues, la ‘ampliación de oferta’ y la inclusión de ‘todas las perspectivas’ en una ‘memoria nacional’ que reclama el presidente del Perú es la imposición del prejuicio, de su sobrecargada conciencia y del curso de una impune complicidad. Entonces, el Museo de la Memoria del Perú tiene le preeminente labor de replicar los valores de ‘Yuyanapq’, el espíritu aleccionador del ‘Ojo que Llora’, las muestras de la esclavitud del periodo colonial y complementarse con el acervo que da cuenta de la masacre de 60, 000 indígenas cometidos por el cauchero Julio C. Arana en la década de 1890 – 1910 en la zona del Putumayo – Loreto – Perú. Este acontecimiento luctuoso contiene información diseminada (fotografías, testimonios, literatura, vestigios) en la selva peruana - colombiana y no pudo inmortalizarse mediante un ícono majestuoso por la negación de la clase política y económica que hoy se ha hecho evidente.

Aun así, el Museo de la Memoria del Perú ya empezó a construirse en el alma del pueblo. Y no se detendrá hasta convertirse en un monumento de infinita trascendencia cuyas luces guiará a la nación hacia el progreso esperado. No obstante, la historia, los sagrados evangelios y el pueblo se encargarán de juzgar cada acometimiento contra la vida del prójimo.
Para dar el primer paso, es de inevitable cumplimiento la censura y desaprobación del pueblo a la respuesta trivial del gobierno peruano ante el gesto democrático, civilizado y progresista del gobierno de Alemania.

Así se irá consumando una época marcada por el odio y las mentes contenciosas legados de un grupo de poder político y económico; que hoy rompió su macabro silencio. Y los pueblos andinos y pueblos autóctonos de la amazonía podrán salir de los azotes del olvido. Podrán conjuntamente con la nueva generación interpretar los desafíos de la unidad y el desarrollo.