Palabras del mambeadero.

 Hace más de un año, la Asociación Curuinsi, viene haciendo amanecer la palabra milenaria y sabia de los pueblos murui, ocaina y bora. Al principio de nuestra historia, en la raíz, donde comenzó la vida de la nada como hechura de moo buinaima (padre creador), el hombre y la mujer recibieron un solo catálogo de sabiduría que actúa como manual principal, detallado y completo sobre las funciones materiales e inmateriales de cada elemento de la naturaleza, creada. El manual contiene abundante información y conocimiento estructurado con la misma palabra que moo buinaima empleó durante la creación del mundo (Binie Komuillano). Esta palabra tiene un nivel de comprensión abstracto para la inteligencia común sino eficaz e inteligible para aquellos que se han preparado durante un largo periodo, mediante catarsis y estoicismo, llamados n+mairama (sabio, conocedor del todo).

Los sábados de todos los meses (durante el año 2012), en las noches, el mambeadero de Curuinsi está abierto al público interesado en conocer, con idoneidad, los valores ancestrales de los pueblos autóctonos. El último sábado 28, aumentó el círculo de amigos del mambeadero, espacio espiritual y de realismo ancestral, de la maloca del “encuentro y aprendizaje intercultural” de Curuinsi. El Dr. Jorge Gasché, amigo permanente, llegó con dos colegas suyo de la universidad amazónica de Brasil y Colombia. Los ancianos itinerantes Mauro Vásquez y Ernesto Tello impulsaron la noche hacia un nivel espiritual singularmente admirable y copiosamente extendida en la personalidad artística del pintor indígena Brus Rubio Churay.

Se habló sobre el origen de la parsimonia de la mente objetante al sentido crítico, a los valores y a la imaginación productiva. Evidenciando la caducidad del ingenio en las sociedades nacionales y amazónicas y sus efectos. Se habló muy cerca del espíritu y enseñanzas que contiene los dos tomos del texto “Sociedades Bosquesinas”; confluyendo  en la búsqueda del saber y la tolerancia ante cualquier fervor y dogmatismo; como muestra de entereza y proclividad hacia el desarrollo responsable.

Actualmente, el mambeadero de Curuinsi, abriga con su mágica hospitalidad al joven inglés Paddy Le Flufy; cuya racionalidad permea gotitas medicinales sugeridas mediante la coca, tabaco, sesión de sapo akate (matsés) y ayahuasca. Dijo que sí el posible prescindir básicamente de fármacos a cambio de un tratamiento proveniente de soplos y emplastos.

Premoniciones y expectativas sobre el bosque.

El proceso de recuperación y vigencia del legado cultural del pueblo murui, que viene desarrollando la Asociación Curuinsi, cada vez avanza hacia un escenario donde la realidad coexiste y copula con las ánimas del bosque. Nace del misterioso encuentro concretas nociones sobre el futuro de la amazonia, haciendo catarsis con la mente y espíritu de quienes procuran descifrar distintos códigos encontrados en los mitos, discursos, canciones y conjuros. Estos secretos ha sido inspirado por moo buinaima (padre creador) en la parte final de la creación del mundo. Son enigmáticas claves de acceso hacia un canasto de soluciones prácticas de problemas que golpean la esperanza y la continuidad de la vida; como la catástrofe socio ambiental que hunde al mundo actual.

Esta vez, haré la presentación de una Síntesis de la narrativa monilla amena (árbol de la alimentación). No había un solo miembro de la sociedad murui que desconocía este legendario relato de nuestra tradición oral. Al final, se tratará de explicar los mensajes que guardan.

“En tiempos muy antiguos el hombre no tenía asegurado su alimentación. Comían tallos, raíces y hojas de árboles; vivían muy lejos de la alegría y la satisfacción plena. En medio de esos tiempos difíciles la hija de un gran sabio quedó embarazada, ocultamente, del hijo de la yuca. Los padres de la hija mataron al progenitor al encontrarlo dentro de un hoyo proveniente de las entrañas de la tierra que salía, precisamente, debajo del asiento de la mujer núbil. Mediante sueños le decía, el progenitor – la criatura en gestación tendrá que nacer en la cabecera de una quebrada y deberá ser colocada dentro de una ollita de barro, en total discreción. Después de tres días volverás al lugar y encontrarás un gran árbol. Retira sus raíces (yuca), amásalo, ásalo y aliméntate.  No brindes  a tus padres que ellos fueron malos conmigo –. La mujer cumplió con las recomendaciones. Comía algo muy agradable a escondidas durante algún tiempo, cuyo aroma causaba mucha inquietud en la sociedad. Un día, el padre, se fijó en el carguío de las hormigas llevando algo sugerente de color blanco; comprobó su buen sabor y rastreó a las hormigas conduciéndolo hasta la estancia de su hija. Pues, mientras ella comía caían al suelo pequeñas fracciones  que transportaban las hormigas; sin reserva.

Su padre exigió reciprocidad y liberalidad. La hija mantenía una gran firmeza y lealtad hasta que manifestó el árbol (monilla amena). Descubrieron, demás de sus raíces (yuca), abundante variedad de frutas en sus ramas. Bajo el árbol grueso y profuso de alimentos guardaban esperanzas y desventuras miles de personas y animales de aquel entonces. Había muchos intentos de tala hasta que al fin lograron. Al caer el agua se hizo abundante hasta cubrir la totalidad del árbol. La hija siendo madre de monilla amena quedó con las variedades que hoy dispone el pueblo murui y otras generosidades similares quedaron bajo el agua”.

Entonces, la escases de alimentos ha sido salvado por una mujer y su relación con un ser  que encarna a los árboles. El árbol de la abundancia fue tumbado con la participación descontrolada de todos. El árbol caído repartió alimento para los vivientes de la tierra y del agua. La alimentación está asociada al árbol. Se acaba los árboles y se acabará el alimento. Sin embargo, habrá alimento en el agua. Se acaba el agua se acabará la última despensa de alimentos.