La cuenca del río Chambira está
ubicado en el distrito de Urarina, provincia de Loreto, región Loreto – Perú. La
cuenca está habitado en su mayor parte por indígenas Urarina. Existe
actualmente en la cuenca aproximadamente tres mil habitantes. El flagelo de la
pobreza y de extrema pobreza ha infligido su mayor castigo –en los últimos 40
años– en agravio de los derechos fundamentales y colectivos a partir de la
extracción de petróleo en la cuenca y del alejamiento del Estado. Alrededor del
Lote 8 –operado por Pluspetrol Norte S.A– abundan historias que dan cuenta de
cómo la actividad petrolera ha ido convirtiendo la cultura tradicional del
pueblo indígena Urarina en una censurable oportunidad lucrativa y de enormes ganancias
a favor de las empresas petroleras mediante el vergonzoso régimen de
conculcación y expropiación de derechos, del incumplimiento de los estándares ambientales y
sociales no fiscalizados ni por el Estado ni –por ignorancia de los impactos
negativos de la industria del petróleo- por los Urarina.
El Estado habría concedido con
sigilo y sin anuencia a la Empresa petrolera del lote 8 –hace mucho tiempo y en
la figura de una familia disfuncional– la función de promover el desarrollo de
la cuenca del Chambira por razones, puedo inferir, geográfica –ubicado en lo
más recóndito– y económica. Esta medida ha permitido al Estado eximirse del deber
de atender las demandas del Chambira y ha propiciado la desastrosa huida del
bienestar, dejando a su paso una insoportable estela de pobreza, dolor y
sufrimiento.
Defensoría del Pueblo (Iquitos) ha
visitado más de una vez la cuenca del Chambira en los últimos dos años y ha
logrado identificar con claridad los macizos problemas que a diario carcome el
futuro de la población indígena que vive en la cuenca desde tiempos antiguos.
Los álgidos problemas han sido documentados y derivados a las instituciones
públicas competentes con la finalidad de alentar el esfuerzo de llevar adelante
la implementación de una agenda de desarrollo integral. Los informes de la
Defensoría del Pueblo (Iquitos) sobre la situación social de la cuenca del
Chambira aborda los graves problemas relacionados con el acceso a la educación
escolar –En la cuenca funciona el Centro Rural de Formación en Alternanza de nivel
secundaria, cuyo estándar de calidad podría estar arropado por el silencio o
por la despreocupación. En el Centro Rural de Formación estudian solo dos mujeres
del pueblo indígena Urarina sobrevivientes del estigma de la deserción
escolar–, la escasa cobertura, efectividad de los servicios médicos y de los
programas sociales, alto porcentaje de embarazos de adolescentes y la ausencia
del RENIEC ha generado una reveladora población de indocumentados. La población
de la cuenca del Chambira no está conectado con el flujo de embarcaciones de
cargas y pasajeros que transitan por el río Marañón, en consecuencia, las posibilidades
de contar con las más necesarias oportunidades de desarrollo humano es casi
imposible.
La cuenca del Chambira es un suburbio, es un tributario marginal del
mapa de prioridades de la región Loreto y del país, es un gueto indígena que subsiste
gracias a la profusión del bosque. Con la presentación del problema de
conectividad cierra Defensoría su valioso informe sobre la cuenca.
El problema que la actividad
petrolera ha causado sobre el núcleo de bienestar de la población del Chambira no
ha sido tomado en cuenta por Defensoría del Pueblo (Iquitos). El 10 de marzo 2015
la Municipalidad Distrital de Urarinas a través de la Sub Gerencia de Asuntos
Indígenas y Ambientales ha denunciado ante OEFA Loreto el hallazgo de petróleo
esparcido en la Línea A del Oleoducto Corrientes – Saramuro, progresiva km 32 +
592 del Lote 8, operado por Pluspetrol Norte. La contaminación revelada corresponde
al derrame ocurrido el 25 de febrero 2015 a raíz de la ruptura del ducto que
muy pronto cumplirá medio siglo de antigüedad. En los últimos años –por la
misma causa– ha habido más de una docena de derrame en agravio directo de la
vida de la población de las comunidades Nueva Alianza, Nuevo Progreso, Nuevo
San Juan, Ollanta y Nuevo Perú ubicadas en el río Patoyacu, afluente del
Chambira.
OEFA actúa en el escritorio y de
conformidad con los reportes de campo de Pluspetrol Norte, cuya información
necesaria para evitar y remediar los daños podría ser ineficaz e insuficiente. El
Plan de Contingencia del Lote 8 no resiste los impredecibles y sucesivos derrames
que se dan en la cuenca del Chambira. OEFA llega muy tarde y actúa en la
ficción de un sistema de monitoreo ambiental serio e independiente.
Defensoría del Pueblo ha logrado despertar
la atención de las principales instituciones públicas sobre los problemas de la
cuenca del Chambira. Por ejemplo, el Viceministerio de Gestión Pedagógica del
Ministerio de Educación concluye en la necesidad de “implementar un plan concertado
multisectorial que permita atender con eficacia la situación de indefensión de
la población indígena ubicada en la cuenca del río Chambira, que articule la
participación de los tres niveles de gobierno, así como las instituciones
públicas, privadas y sociedad civil; considerando como ejes transversales de
intervención en salud, nutrición, educación y protección”. El siguiente paso ha
de alumbrar sobre la voluntad política y el compromiso del Estado de luchar
contra la pobreza y la exclusión.