El diciembre del 2014 se llevara
a cabo en Lima – Perú la COP 20 (Conferencia de las Partes) en virtud de la
continuidad de los acuerdos del Convenio Marco de las Naciones Unidas sobre
Cambio Climático. La importancia de la COP 20, según algunos analistas, está
relacionada con la búsqueda de un nuevo acuerdo climático sólido y vinculante
–los compromisos de los países firmantes del protocolo de Kioto para la
reducción de la emisión de gases de efecto de invernadero venció el año 2012–
basado en acciones concretas a fin de confrontar el problema crucial del cambio
climático, a partir de la implementación de políticas públicas de calidad y
lograr “posición de consensos” para doblegar la reticencia de los países con
mayor capacidad de emisión. Recientemente, en la reunión del G8 en Irlanda del
Norte tomaron en cuenta la necesidad de mejorar el cumplimiento de los
compromisos adoptados y reconocieron “que el cambio climático incrementa los
riesgos económicos y de seguridad a nivel global”.
Durante ocho años de vigencia del
Protocolo de Kioto (2005 – 2012), la emisión de gases de efecto de invernadero
de los países desarrollados no han disminuido, las radiografías tomadas al
planeta dan cuenta de los impactos ocasionados sobre la temperatura, orografía,
extinción de especies, seguridad alimentaria y salud humana. En este contexto
la perspectiva de futuro constituye un verdadero desafío de la COP20.
Los pueblos indígenas organizados
en la estructura orgánica de AIDESEP y COICA
han venido, en los últimos años, diseñando propuestas orientados a contribuir
en los esfuerzos de la humanidad para arrostrar el cambio climático. Las
propuestas implica el manejo holístico de territorios de Vida Plena, cuyos
componentes temáticos se refiere a la seguridad territorial, manejo integral de
los recursos del bosque, género y Redd+. Es importante mencionar la aplicación de
una metodología que se inspira en el originalismo cultural que durante miles de
años guardó armonía productiva y constructiva con el mundo que pudieron
conocer. Por ejemplo, la propuesta de
“Redd+ indígena” propugna el respeto de los derechos territoriales y colectivos
de los pueblos indígenas, así como la adecuación inherente de los enfoques
interculturales y globales. Con este mismo talante, objetivo y vitalidad
espiritual COICA diseñará, en la II Cumbre Amazónica (diciembre 2013), la
propuesta regional de los pueblos indígenas con aptitud de ser debatido e
introducido en la consideración de la COP 20. Esta visión busca situar a los
pueblos indígenas amazónicos en un escenario autónomo y libre para crear las
condiciones de su propio bienestar, a partir de la pervivencia de las bondades
del territorio y de la gestión de iniciativas técnicas y científicas. Estas
iniciativas de origen colectivo son herramientas que podrían convertirse en
protocolos para una vida plena, una vez validados y reconocidos por la
conferencia y otras instancias supranacionales.
Es importante destacar, también, el
esfuerzo de la Plataforma Climática Latinoamericana (PCL), con miras a la COP
20, que busca “consolidar una voz regional desde la sociedad civil” y aportar
al proceso de negociaciones, teniendo como bandera los principios de “equidad,
cooperación y solidaridad generacional”. Estamos frente a grandes desafíos que
exige por si misma cualidad y unidad.