Sunday, October 27, 2024

Bajo Canampa: un antes y un después de la prodigalidad del territorio ancestral

Hola niña, cómo te llamas. Sonrió sin detenerse tras los pasos de un grupo de niños que iban a la escuela. Tenía en una mano una bolsita con tres huevos y en la otra un cuarto de fideos empaquetado. Pregunté si va a la escuela, dijo que sí con un gesto combinado entre el deseo de desayunar primero y no llegar tarde. Abrió el seto frontal de su vivienda y se fue sin despedirme. Eran las siete y media de la mañana del segundo lunes de octubre cuando se dio este acontecimiento enaltecedor y vislumbrante que devela por un lado el amor de la niñez indígena por la educación y por otro el notable deterioro de la prodigalidad del territorio ancestral.

Nosotros en Bajo Canampa y la mayoría de las comunidades de esta cuenca y alrededores, hace mucho tiempo que sufrimos de la escasez de alimentos provenientes del bosque, me dijo –más temprano del mismo día que había tenido el breve pero memorable encuentro con la niña Awajún– un poblador a modo de preámbulo de una narrativa extensa que encuadró con realismo histórico un antes y un después de la abundancia y su degradación imparable dentro de un contexto que tiene el mismo motivo y causal: el aumento de la población, el consumo descontrolado y la falta de respuesta oportuna y sostenible. Deseamos con urgencia un conjunto de acciones que ayude a recuperar las bondades de nuestros montes, cochas y quebradas y en estos tiempos dependemos mucho del mercado de la ciudad porque nuestro mercado se ha empobrecido, culminó el diálogo con esta afirmación. Nos despedimos con un apretón de manos que subyacía en ella sentimientos de hospitalidad, nostalgia y esperanza. Entonces, pensé con rapidez y comprobé una vez más que la pobreza monetaria es una condición humana que nos hace vulnerable en un entorno árido y desprovisto de alternativa fuertemente conectado con el legado, la historia, organización fuerte y liderazgo claro, conocimientos propios y planes viables.

En la asamblea de más de cien líderes que se realizó el día siguiente (es decir, el tercer martes de octubre) en Bajo Canampa, los temas de debate y acuerdos estuvieron alineados con la descripción social y económica brindado el día anterior por el comunero y líder, cuyo nombre no logré recordar hasta el día de hoy. El cónclave decidió combatir los graves impactos de la minería ilegal de oro –y otros problemas como de salud y educación– en el territorio ancestral de los pueblos indígenas Awajún y Wampis desde las murallas de la autodeterminación que se encarna ahora en el proceso de consolidación de los gobiernos territoriales autónomos. Se afrontará con tenacidad en medio de las dificultades que se alimenta en el abandono y complicidad del actual gobierno y en las divisiones intestinas de las comunidades indígenas, auspiciadas por el mismo flagelo. Las enormes ganancias que produce la minería de oro no se pueden reemplazar por ninguna actividad legal en este momento, en consecuencia, el dinero sucio está actuando como aplanadora de los sistemas de control y fiscalización de las instituciones del Estado, dejando a los pueblos indígenas en la razón de poner a prueba sus propias instituciones de control y vigilancia para salvaguardar la vida, la cultura, el territorio, la biodiversidad y el bienestar común.

Bajo Canampa es una comunidad Awajún ubicado a veinte minutos aguas arriba de la ciudad de Nieva, Condorcanqui, río Marañón. La niña Awajún que fue a la bodega a comprar los insumos para el desayuno, emocionada y deprisa para llegar a la escuela a tiempo, simboliza la verdad del mundo territorial hoy languidecida y que no está amamantando bien a sus hijos, representa el vacío de los compromisos de todas las latitudes para la defensa de la amazonia a partir del bienestar de las pueblos y comunidades indígenas.

Saturday, August 10, 2024

Los conocimientos de los ancianos están muriendo con ellos.

 

Transcurrió más de cien años desde que los sabios indígenas del pueblo huitoto murui poseían conocimientos extraordinarios y sobrenaturales. Tantos otros pueblos tenían lo suyo, admitía mi abuelo. Su declive fue acelerado por la evangelización y la prohibición prolongada del uso y ejercicio recurrente, dejando a su paso el imbatible muro de la discriminación y olvido. La transmisión generacional, en consecuencia, fue interrumpido, disminuido y ataviado por la consiguiente enseñanza proveída en las escuelas cristianas. Imposible no mencionar la ruptura de la columna vertebral que la aberrante y genocida época del caucho infligió al refulgente proceso cultural propio de entonces.  

Los esfuerzos de investigadores y exploradores hicieron posible conocer a la luz de nuestros días la diversidad, jerarquía y efectos de los conocimientos vernaculares. También, la tecnología de la información y la comunicación frenó la velocidad de la decadencia y permitió la recopilación y documentación de importantes fragmentos de los vastos saberes.

El antropólogo y lingüista suizo Jürg Ulrich Gasche (1940 Suiza – 2020 Perú) –le llamábamos izo (tío) Jorge Gasche, por respeto y admiración– dedicó más de media vida en investigar y demostrar que la sabiduría huitoto murui –por antonomasia echó luz el universo de la cultura de otros pueblos indígenas para develar su hermosa y riquísima dimensión– es profunda, poética, filosófica, figurada y a la vez pragmática en la creación de ecosistemas de vida y cambios dinámicos para remontar la valla del peligro. Decía izo Gasche: Tengo grabado el discurso de tres horas y media sobre el origen de la tierra y sus alrededores (binie kumuillano) y otros géneros cognitivos entre ellos sagrados que los sabios disertaban únicamente en actos ceremoniales para rendir homenaje a la semilla, cosecha y la abundancia de comida, inauguración de una maloka, bienvenida de un ser totémico y otros acontecimientos que constituyen vitales en el desarrollo de la cultura y la vida saludable. Asimismo –seguía contando izo en el mambeadero (lugar de diálogo) con buena dosis de coca y tabaco en ingesta, en reciprocidad– que los sabios y ancianos de quiénes recibió generosamente los conocimientos ancestrales murieron pocos años después. Probablemente, conmigo los abuelos sabios debieron haber cumplido el deseo de asegurar la transmisión de saberes hacia otras latitudes y generaciones donde en algún momento volverá a amanecer la palabra.

Quedamos todos maravillados y con miles de preguntas sin respuesta, porque los que deberían responder ya no están con nosotros sino ulteriores representantes consanguíneos y líderes que procuran mantener vigente el brillo de la milenaria cultura huitoto murui. En un fragmento del discurso sobre el origen se refiere, por ejemplo, a la posada del conocimiento universal basado en el “canasto de la sabiduría” del cual los seres humanos están logrando acceder poco a poco. Dónde estaría ubicado este tejido conteniendo los saberes del mundo, cómo los sabios o n+mairamas (sabio de más alto nivel) lograban llegar a ella, qué tipo y cantidad de conocimiento estarían en el cesto organizado –tal como reza el discurso de origen– en una especie de panal con celdillas de colores relucientes. Descifrar e interpretar con respetable aproximación la totalidad del discurso tardaría muchas horas, días o semanas. Teniendo en cuenta que su construcción es metafórica y con abundante simbolismo –dijo izo Gasche– la respuesta exacta de las preguntas a estas alturas de la civilización solo puede ser encontrada a través de las plantas maestras: coca, tabaco, ayahuasca y yajé.

Si hubieran sabido escribir los historiadores murui habrían contado con el lente de la verdad y con detalle cómo hacían los n+mairamas y guerreros, por ejemplo, para viajar por el espacio aéreo en naves fabricadas con el poder del discurso de origen. Cómo hacían levitar los pilares de madera dura de más de quinientos kilos para que una sola persona pueda maniobrar en la construcción de la maloka. Hay muchos hechos similares y reales que enumerar, de extraordinaria tesitura. Recientemente (julio 2023), cómo sobrevivieron 40 días en la selva colombiana los cuatro niños huitotos murui perdidos, quizá la selva no es enemigo sino amigo de los pueblos indígenas, por la incansable y armoniosa coexistencia durante siglos, porque estamos y debemos estar juntos el hombre y el bosque para salvar el mundo de las embestidas muy bien conocidas.

La revitalización y práctica extendida y profunda de la cultura huitoto murui y de otros pueblos indígenas debe convertirse en una prioridad para el buen vivir en el territorio ancestral, consiguientemente fortalecer el esfuerzo global orientado a detener la destrucción de la amazonia.  

 

Saturday, June 29, 2024

Peligrosa, cómplice y deliberada satisfacción

Investigaciones confiables han revelado cómo la economía de las regiones amazónicas del Perú ha sido inoculada por las ganancias de las actividades ilícitas de gran calibre. Tala y minería ilegal, narcotráfico, tráfico de tierra y trata de persona aumentó la disponibilidad monetaria en el mercado, edulcorando la corrupción, lavado de activo, violencia e inseguridad. Cuyos mecenas mimetizados en la política y empresariado sorben del mismo barril con las organizaciones criminales, sin escrúpulos ni cuestionamientos.

El soborno a funcionarios clave y empresarios han creado –desde las últimas dos décadas la atrocidad criminal creció con mayor velocidad y profundidad– una montaña de impunidad y acceso a la justicia de las instituciones y personas agraviadas. Probablemente miles de millones de soles estarían alimentando cada día el curso de decisiones fatídicas y perversas de quienes tienen el deber de defender la integridad y bienestar de todos. En este periodo más de treinta líderes indígenas han sido asesinados intentando controlar el avance de los tentáculos de la mafia en territorios prístinos y habitado por miles de años. La extracción de oro en el rio Nanay (Loreto) además de haber contaminado con mercurio la principal fuente de agua de la cuenca y la cadena alimenticia, es ahora increíblemente un conjunto de entramado aparentemente difícil de combatir y abatir. Está en expansión y protegida desde adentro y desde afuera, en comparsa y complicidad.

El corolario de tráfico de tierra y minería aluvial parafrasea la misma secuencia de muerte, daño e impunidad perpetrado por el narcotráfico, tala ilegal y trata de persona en la amazonia peruana. Los espacios transfronterizos desprovistos de acciones concretas para desvincular a las comunidades indígenas y ribereñas del imperio del mal, amenaza con robustecer la maquinaria de asesinato de más líderes indígenas y de los pueblos en aislamiento voluntario, degradación de ecosistemas, contaminación del medio ambiente y la normalización de la cultura delincuencial.  

La satisfacción de coexistir y consumir bienes y servicios impulsado por la economía de las actividades ilícitas se ha convertido en la reconocida y venerada joya de oro puro que exulta y configura el arquetipo mental y de razonamiento de la mayoría de los líderes de opinión y referentes de la sociedad de Loreto, Ucayali, San Martin, Amazonas y Madre de Dios, principalmente. Hubiera sido infeliz de mi parte conspirar contra una cofradía de puritanos sino supiera –según investigaciones de la fiscalía sobre el caso Saweto– que detrás, por ejemplo, de la muerte de líderes indígenas estuvieron empresarios del rubro forestal y que la retórica anti – indigenista forma parte de una coartada para desenfocar y salvaguardar sus intereses obviamente que no están alineados con la legalidad y las buenas prácticas. Aquellos que aplauden el cambio de la ley forestal y que ahora brinda mayor aptitud agraria sobre bosques primarios y los que afirman que la economía del caucho donde se ha esclavizado y muerto más de sesenta mil indígenas del Putumayo es digno de inmortalizar, no son tontos ortodoxos sino fieles apóstoles de la avidez a expensar del sufrimiento de los más vulnerables.

Es tremendamente urgente echar a correr un plan de cumplimiento obligatorio contra la desinformación, el discurso de odio y la ignominia, a fin de estar algo seguro de que en poco tiempo una nueva generación de lideres abrirá la compuerta de la justica, paz y prosperidad.