Friday, June 07, 2013

Beca 18: desaciertos y desafíos.



El Programa Beca 18 tiene un enfoque general de la pobreza en el país. Los pueblos indígenas son incluidos en el Programa sin el reconocimiento de los derechos que establece el Convenio 169 de la OIT. La enseñanza que recibe la comunidad escolar en los pueblos indígenas es equivalente a los problemas que causan el ausentismo de maestros en las escuelas bosquesinas, el incumplimiento práctico del plan de estudios y la escasez de la calidad pedagógica por falta de materiales y dedicación de los maestros. Las consecuencias de una incompleta e insustancial educación bosquesina no son comparables con el nivel de enseñanza que recibe la comunidad escolar de los centros poblados urbanos - marginales. 

El problema mayor que atañe a la educación de los pueblos indígenas es la carencia de idoneidad del enfoque socio – cultural aplicado, mediante un sedentario currículo, al todavía ignoto mundo de los saberes y valores ancestrales. El sistema educativo vigente en las escuelas bosquesinas es un pivote del régimen capitalista y deteriora, con vehemente seducción e imperativo método científico, la base de los conocimientos tradicionales que constituye la única fuente de sostenimiento duradero y autónomo de los pueblos indígenas. 

En los requisitos de postulación se considera, explícitamente, como beneficiarios del Programa Beca 18 a los Jóvenes de comunidades andinas, amazónicas, afroperuanas y de frontera; empero, su aplicación es homogénea, y la validación de la situación socioeconómica de los postulantes denota indiferencia e inaceptable ignorancia respecto de las antiguas y recientes estadísticas que prueba la situación de pobreza de los pueblos indígenas. Los promedios escolar exigidos, 14  para la universidad y 13 para institutos, excluye en seco el deseo de superación de jóvenes que habitan comunidades bosquesinas y –varios jóvenes que han concluido secundaria en colegios que junto a los tributarios escriben su propia odisea y construyen el interminable puente de ansiado intercambio cultural con la tierra urbana y urbano marginal, aun no han perdido la esperanza de encontrar un punto de apoyo para el florecimiento de extraordinarias y autóctonas capacidades–,  constituye una reivindicativa oportunidad para los “jóvenes con alto rendimiento académico en situación de pobreza y/o pobreza extrema” que viven en capitales de los distritos de la región Loreto y cinturones de las principales ciudades.

El techo de la edad de los postulantes discrimina endémicas realidades: Jóvenes mayores de 22 años, a excepción de la modalidad especial, que desde temprana edad arrostraron con empeñosa laboriosidad las dificultades generados por la inestabilidad o desintegración familiar, problemas económicos u otras cuestiones relacionadas con los impactos de la indiferencia social, así tuvieron que trabajar y estudiar hasta concluir la secundaria. Son estos compatriotas representantes de una generación estoica y disciplinada que no han dejado de soñar en un estatus profesional para crear y liderar nuevos procesos que han logrado conocer desde adentro, y florece aquella legendaria búsqueda con la brisa de la esperanza proveniente del halo que la pródiga economía nacional oferta.    
Estos antecedentes evidencia la preeminencia del enfoque urbano y mercantilista sobre la realidad multicultural del país. Las decisiones gubernamentales padecen del atavismo de las reducciones, no creíble ni aceptable ante la luz del progresivo juicio común. Entonces, corresponde propender hacia la escritura de otro capítulo que armonice las oportunidades y política de Estado con las condiciones socioeconómicas y antropológicas de los pueblos bosquesinos. No se busca exenciones frívolas ni lastimeros miramientos sino clarificar el camino virginal que el Estado no puede ver con su lente anquilosada, y aliviar el hacinamiento que la anomia encausa en agravio del espíritu colectivo y de la frondosa expectativa de las personas que tiene las facultades y condiciones humadas de postular al Programa Beca 18.

Actualmente, el reclamo conjunto de los jóvenes Murui, Maijuna, Awajún, Kichwa, Shawi, Bora y otros están encaminados hacia el MIDIS; ellos, tuvieron que venir desde sus comunidades a la ciudad de Iquitos para postular a Beca 18. No han logrado pasar el parapeto de los requisitos, y esperan otra oportunidad.


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