Momentos primigenios.
Parte I
En el predio de la Red Ambiental Loretana, sede Iquitos, se ha construido una réplica primigenia de una Maloca (jofo). Jóvenes de la Asociación Curuinsi y la Comunidad Universitaria de OEPIAP lograron la asignación de un sitial en cada fragmento inmaterial que instituye la tradicional arquitectura de origen Murui. Los esfuerzos iniciados se inspiran en la comunidad neisai (Atta Cephalotes); por su disciplina, orden, unidad y colectivismo constructivo. Privilegian la oralidad como vehículo de aprendizaje y defienden la interculturalidad sin jerarquías; como base de la gestación de una nueva generación autóctona en la amazonia.
Según la palabra de la creación (rafue uai) del pueblo indígena Murui el mundo está habitado por espíritus que guardan y resguardan la sabiduría legado por el Dios creador (buinaima). Los brujos (aima) y el sabio (n+mairama) son poseedores del vasto, viviente y abstracto conocimiento ancestral que sostiene la vida del pueblo mediante enseñanzas morales de fácil aprendizaje y aplicación (llétarafue). Las ánimas de la naturaleza y los poseedores del conocimiento se comunican en un escenario espiritual con la fuerza extraordinaria de la coca y el tabaco. La armoniosa relación entre la entidad humana y animista del bosque no se deteriora mientras el hombre usufructúa con aprecio y sin desperdicio los recursos disponibles.
Las entrañas de la Maloca dilucida la obra “Las hijas del cacique” (De Brus Rubio – artista plástico Murui), recrea el imaginario de los jóvenes provenientes de 10 pueblos indígenas y expone la pureza como ícono de reproducción de la abundancia. Muchos ojos se detienen en la sencillez de una tonalidad o grafías peculiares que protestan o celebran el lenguaje del mundo moderno, ensanchan la maestría del instinto y del sentido de contemplación subyugado por el lado oscuro de la realidad. Nacen nuevas inquietudes sobre el rol de la mujer y su nubilidad, por ejemplo, desde la cultura Tikuna; contadas por ellos mismos.
Ferny Medina, joven Murui estudiante de medicina, aprendió la milenaria percusión del manguaré. – El manguaré suena cada mañana invitándonos al encuentro diario con un fragmento consecutivo de nuestra historia, mitos, prácticas y espiritualidad que nos legó nuestros abuelos. Hacemos, así, solemne e inmortal la resonancia que regresa del pasado trayendo consigo ecos de abundancia y alegría. Aquella sabiduría milenaria, que ignoré y abandoné, se manifiesta grandiosa y apacible como una montaña viviente con palabras profundas, conmovedoras, poéticas y gentiles; como si estarían dirigidos a dioses e hijos célebres de la tierra. Comprendí la inmensidad de nuestra oralidad y me emociona pensar en la capacidad de memoria de nuestros antepasados para asilar incalculable información rigurosamente organizada con estilo propio de figuras, metáforas y fonemas. La escritura ha sido fatal para el imperio de la palabra y la voz unificadora, curativa, substanciosa y divinamente vinculante. Quiero rescatar y practicar el saber de mis abuelos para ser un buen médico al servicio de la humanidad - argumenta.
Los jóvenes indígenas, de la Comunidad Universitaria, dicen que la construcción de la Maloca hizo sonreír a nuestros antepasados que algún día encargaron a sus hijos la prolongación de la sabiduría ancestral como alternativa de vida. Significa una respuesta a la incesante solicitud de los pueblos para confrontar el deterioro de lo propio. Dicen que aquí (Maloca) habrá encuentros entre el pasado y el presente; entre el conocimiento tradicional y global; entre el joven indígena y no indígena; entre el hijo pródigo y el perseverante; entre el bosque y sus amenazas; entre la sencillez y la arrogancia; entre el temor destructivo del mundo y la esperanza constructiva.
En el interior de la Maloca habita el reino del silencio y un eco envolvente de sonidos del otrora mundo bello. Se escucha los latidos de la tierra invitándote a descubrir su origen y significado. Los vientos traen consigo el hálito del cielo y el mensaje de otros mundos. Sin embargo, ésta realidad son percepciones de una casta ascética providenciales del ayahuasca, toé, toca y tabaco. No hay mirada de la realidad completa desde la cotidianeidad mental – espiritual.
El 09 de agosto del 2011, se inauguró la “Maloca del Aprendizaje y Encuentro Intercultural / n+mairako nagazie d+ga ga+r+kako” – en Murui-. Su apertura atañe al baile ‘erag`; baile dedicado a la floresta y animales para estrenar casa nueva. Desde la selva aún prístina de la cuenca del Ampiyacu – Loreto, llegaron sabios indígenas para reconocer un nuevo espacio de vida cultural originaria erigida en el alma urbana. Unos días después quisieron quedarse en ella para siempre.
La Maloca albergó mucha gente, aquella noche. Bajo el alto techo había muchos invitados indígenas, extranjeros, periodistas, personalidades y estudiantes. Se movían como hormigas de varias colonias formando una esfera nutrida, colorida y diversa; hicieron grupos coloquiales, degustaron bebidas autóctonas y estuvieron presentes en las danzas y rituales. Otros actuaban insertos en la sesión de mambeo, hablaron con los sabios y registraron sus percepciones. - Es una noche mágica y a la vez real; estas expresiones culturales ignorada en la ciudad es un gran motivo para repensar nuestra visión urbana – dijo el representante del Poder Judicial, en una entrevista in situ. La fiesta erag conminó los hábitos foráneos y propios; como ramillete de pies desnudos sin atavíos sino aventurados se movían al son peculiar de las danzas milenarias y urdían el polvo con el inexperto ritmo de algunos voluntarios danzantes. El colectivismo se exalta en cada ícono de la noche: bailes unidos por los brazos de distintas personas, brindaron del mismo envase, cantaron en coro y soñaron juntos. Mujeres blancas juntaron afectos con madres indígenas y hablaron de género, de mitos. Sudores y lágrimas de alegría se mezclaron para diluir vetustas ignorancias e imprecisas apreciaciones, abolidas por la realidad que simboliza el amor a la naturaleza y la profusión de alimentos sobre tierras fértiles. Ha sido evidenciado la infalibilidad de cada grafía sobre madera, fibras, lienzos naturales, cerámicas y sus conexiones con el entendimiento e interpretaciones cosmográficas. - Pudiera llamarse magia o panteísmo pero es inmensamente necesario para la construcción de la alegría en una época de crecientes contradicciones y conflictos sociales – dijo un periodista chileno independiente; sentado junto al Concejo de sabios.
Los sabios indígenas estuvieron reunidos en una esquina de la Maloca; cuya organización tenía la forma de un hemiciclo con butacas para más de doce personas. En el medio había mamba (coca y tabaco preparado para una sagrada ingesta). Ha sido como el centro de administración de la fiesta erag. Un solo sabio representaba un Concejo guiado por normas legendarias.
En la mitad de la inaugural noche erag; sabios indígenas de los pueblos murui, ocaina y bora lograron insertar nuestra maloca en las entrañas del mundo espiritual. Largas horas de conversaciones nocturnas y conexiones con los espíritus de la naturaleza permitió un grandioso reconocimiento de la tradicional vivienda multifamiliar de género mujer (r+ño). En una larga ceremonia de intercambios con abundante coca, tabaco, bebidas autóctonas, piña y maní ha sido hermanado con las esencia generosa de la viviente luz, agua, fuego, aire y tierra - decía el Sabio Mogoma (Ocaina) - mientras deliberaban con el poder del mambeo.
Mas tarde, el Concejo de sabios, logró elegir el nombre f+norabuinaima (quién todo construye en Murui). El sabio Murui jefe del Concejo dijo: - Este nombre ha sido dado en correspondencia a la obra y conducta de nuestro hijo Rubén Medina, responsable de la Maloca, y de acuerdo a la genealogía de nuestro clan muruima. Así estamos dando un gran ejemplo de identidad propia conculcado durante las tristes odiseas caucheras del Putumayo. La posesión de la corona significa un escalón de compromiso irrenunciable. En fiel cumplimiento con las reglas instituidas deberá ser colocada por la mujer del cacique -
Los Sabios del Concejo sentados y muchos asistentes atentos registraron nuevas experiencias. Entonces, una corona confeccionada con plumas de guacamayo rojo es colocada en la cabeza del joven por la mujer del Sabio Murui, mientras canta y danza con aspavientos ceremoniales, el joven trasmite un comportamiento de templanza y surrealismo. Seguidamente expresa sus esperadas palabras, da una pausa mientras mambea (ingesta de coca) - El espíritu de nuestros antepasados asintió, con perceptible alegría, nuestra labor dedicado a legendarios sabios y actuales líderes indígenas que conducen a su pueblo por caminos exentos de espinas y trampas de furtivos cazadores. También, a los jóvenes que cultivan ideas sabias y académicas con respeto a la sabiduría ancestral; que permita la madurez de nuevos conocimientos realizados por nuevos líderes en merced a nuevos tiempos; que construya esperanzas culturales mas allá de los prejuicios y la deriva; que reviva la reciprocidad, el diálogo y la convergencia por una sociedad que evite la desaparición de los bosques y los escenarios macabros contra la vida humana. El mundo moderno y el mundo indígena no son diferentes, en su esencia, uno la complementariedad del otro en su huida del dolor, la miseria y el hambre. Solamente la armoniosa dualidad hombre – bosque hará posible la continuidad de la vida en la amazonia y el mundo - Asevera f+norabuinaima.
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