Del 11 al 22 de noviembre de este
año se llevará a cabo la Cumbre COP 19 en Varsovia, en virtud de la Convención
Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (CMNUCC). Los gobiernos y
organizaciones que han de participar tendrán que posicionarse en relación a los
altos niveles de polución y su gestión en beneficio de los seres vivos del
planeta, así como plantear propuestas y acciones que trastoque la postura
cerril de los países industrializados –responsables de la creciente contaminación
del medio ambiente global–, cuya agenda de equilibrio estará a cargo,
principalmente, de actores y organizaciones de la sociedad civil que buscan poner
en vigencia estándares sociales y ambientales que actúen como salvaguardias de
los derechos de comunidades y pueblos más vulnerables ante las amenazas del
cambio climático.
Marcin Korolec, Ministro del
Ambiente de Polonia y presidente de la COP, dijo que en la COP 19 participarán
en las negociaciones, por primera vez, representantes del comercio mundial. A
partir de estas declaraciones diferentes opiniones coincidieron con la búsqueda
de la Unión Europea, en esta cumbre, de viabilizar su agenda basada en
“expandir los mecanismos de comercio de
carbono y encontrar otras maneras de mantener un sistema industrial y
financiero que depende del carbón, petróleo, gas y que se enfrenta a una crisis
de múltiples dimensiones”. Está muy claro el camino que diseñó los países
contaminantes y habrán de transitar sin atisbo a fin mantener el orden global
en función al crecimiento económico y del control geopolítico del mundo.
El 27 de septiembre del 2013, el
Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC) presentó su
Quinto Informe y que fue firmado por los países vinculados. El informe confirma
la participación humana en el avance compulsivo del cambio climático y reconfirma
la tendencia de crear una mayor cantidad de “mercados ambientales”; las
conclusiones de este Informe podrían ser tratados en las negociaciones
climáticas de la COP 19. A finales del
mes de octubre del presente año, organizaciones ecologistas denunciaron a las
Naciones Unidas por “ceder ante el poder corporativo que busca mercantilizar la
naturaleza”.
Los pueblos indígenas amazónicos
afiliados a COICA y AIDESEP presentarán en el seno de la COP 19 una pródiga de
demandas y a la vez peculiar propuesta denominada “Redd+ Indígena Amazónico”.
La finalidad y el espíritu de esta esta propuesta se expresa en el siguiente
prontuario institucional: “Necesitamos reducir la deforestación y degradación,
pero de otra forma, sin mezclar la naturaleza con las ganancias de los
capitales, sin mezclar el agua con el aceite, sin someter la vida a los
negocios de la Bolsa de Valores y sin ignorar las verdaderas causas de la
deforestación”. Sin embargo, la correlación de fuerzas entre el capitalismo obstinado
por el extractivismo – consumismo y las organizaciones que plantean poner fin a
la contaminación del planeta tiende peligrosamente, en esta Cumbre, hacia la
prevalencia de las decisiones de la élite económica mundial. En efecto, la
calidad y realismo de las propuestas y la representación social –valores
innatos y constructivos de COICA y AIDESEP– harán cada vez más permeable la
pertinaz estructura de negociación liderado por la COP.
Los vehículos de transmisión de conocimientos
construidos en materia de derechos relacionados con las actividades globales de
contaminación deberán circular como sangre por el cuerpo humano, alimentando
cada tejido y cada órgano (individuos y organizaciones) con sustancias que
robustezcan y hagan brillar la
personalidad, el sello indígena en cada acción suya (expresión de la identidad)
y propicie la confianza del éxito en un momento donde nuestras raíces absorben
menos alimentos.
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